jueves, octubre 29, 2009

"Corazón: cuarto menguante; cuarto creciente"


Jamás he actuado. Bueno, nunca de manera "oficial". Lo más cercano ha sido medio improvisar algunas líneas para alguna clase de literatura.

Esta vez soy desafiada a pisar nuevamente el escenario, pero para ser parte de una obra teatral. Me emociona la idea, y me pone nerviosa. Pienso en la gratitud a Dios que como compas tenemos y sentimos, porque es una oportunidad para compartir del Evangelio utilizando los dones que a cada uno nos ha repartido.

Años atrás, COMPA pudo participar con un espacio en la Mega Ofrenda, que tuvo éxito e impactó a los compañeros de escuela, por la organización y la amistad que se vieron reflejadas en el trabajo. Ahora, nos presentamos en el programa artístico, como una muestra de que Dios utiliza cualquier medio para mostrar Su Gracia y Bondad.

Hay una gran lección detrás de todo esto. La idea original era participar como la primera vez, pero no lo logramos, se nos pasó la fecha para ingresar la propuesta y no contábamos con los recursos necesarios (no sólo materiales, también humanos y financieros). Pero encontramos la convocatoria para el programa artístico, y ya existía una idea para montar una breve representación. Y aunque fue dolorosa la decisión de cambiar el plan, pues implicaba aceptar que hubo fallas, presentamos el proyecto, el cual recibieron y una semana después ya teníamos fecha, horario y foro.

Hoy, a unos cuantos días, observo con alegría y humildad que Dios es con nosotros, y que Su Propósito se cumple, aunque nosotros seamos totalmente imperfectos. Su Voluntad se realiza, pese a nosotros, porque él ES.

¡Gracias a Dios!

P.D. ¡Y todos están invitados! =)

viernes, octubre 23, 2009

Mi primer año

Mi primer día en COMPA.
Dios me ha concedido el bello regalo de conservar ese día en una imagen =)


En realidad, tenía la idea de publicar algo desde el viernes. Pero descubrí que si comienzo a contar la historia de cómo llegué a COMPA, me sigo con la parte de mi conversión, mi primer campamento, mi primera cena de fin de curso, mi primer semestre como cristiana, mi primer campa de líderes, mi bautizo y la primera vez que pensé que alguien debería de iniciar una célula en mi escuela.

Resulta ser que mis inicios en COMPA están ligados a los demás inicios que han sucedido en este año. Mi primer día en COMPA está ligado a mi nueva vida en Cristo y a mis nuevas luchas.

Miro atrás y observo con curiosidad y sorpresa los cambios que se han dado en mi persona. Desde mi comportamiento, mis palabras, mis preocupaciones, mis pensamientos... Ese Padre amoroso y fiel ha hecho que, incluso, mis sueños cambien. Toda mi vida ha dado un giro de 360º, ¡tan sólo en un año!

Unos dicen que empecé corriendo, demasiado rápido; ahora, más bien camino observando todo lo que tengo alrededor, preguntando cosas cuya respuesta ya no llega al instante; ahora son tiempos de madurar con paciencia, disciplina y obediencia. Y me está costando mucho... Nadie dijo que negarse a uno mismo fuera fácil.

Pero no me lamento. Al contrario, agradezco porque he visto que Dios es el Señor de todo, incluyendo mi vida; por lo tanto, Él cuidará Su Obra y la perfeccionará.

Por mi parte, he hecho un compromiso con Él, he firmado un contrato irresistible que no es posible romper. Y me alegra saber que es gracias al Padre, porque yo soy imperfecta e inconstante.

Termino esta entrada expresando mis más sinceras gratitudes a todos aquellos que han estado en esta historia, a todos los que Dios ha colocado en el momento y lugar indicado, para enseñarme cuán grande es Él y cuán hermoso y perfecto es Su Propósito. ¡Gracias!

lunes, octubre 19, 2009

La que se ha convertido en mi permanente oración...

Señor, cuando Tú me llames
Dame al fin lo que Tú quieras,
dame el monte o dame el llano,
o una montaña de piedra;
pero Señor, sobre todo
multíplicame las fuerzas,
dame un canto de victoria
y que la multitud de mis penas,
de mis dudas e inquietudes
cambien en vigor y certeza...

viernes, octubre 16, 2009

¿Hasta cuándo?

¿A dónde vamos con todo esto?
¿Por qué parece que el mundo no tiene remedio?
¿Qué tengo que hacer?
¿A qué tengo que dedicarme?
¿Es viable tener hijos?
¿Qué futuro les espera?
Ante este panorama tan desalentador, tan desolado, ¿cómo debo de hablar de Dios?
¿Mi generación podrá escuchar el Mensaje?
¿Qué alternativas tenemos para salir del hoyo?
¿Basta con saber qué queremos y cómo lo lograremos?
¿Por qué ya no volteamos a ver a Dios?
¿Por qué ya no lo escuchamos?
¿Por qué ya no hablamos con Él?
¿Hasta cuándo seguiremos confiando en nuestras fuerzas, en nuestra sabiduría, en nuestra ciencia, en nuestro "destino"?
¿Por qué no podemos aceptar que por siglos lo hemos intentado por nuestra cuenta y no funciona?
¿Hasta cuándo seguiremos creyendo que hemos inventado a Dios?
¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuándo?
Señor...

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Escribí esto en la biblioteca, después de una clase dónde el profesor nos dijo una dura verdad: nuestra generación está desprovista de cualquier tipo de seguridad, no tiene nada... a veces ni siquiera futuro.

Me sentí tan mal, que escribí. Posteriormente, fuí a un jardín, y abrí la Biblia en los Salmos... Y me encontré con el Salmo 111, 112 y al final el 6... Después oré al Padre, confiando en que Él escucha y responde a Su Tiempo.

martes, octubre 13, 2009

Nada es sin tí

Puedo pensar en muchas cosas,
puedo imaginar muchas situaciones;
pero nada puede suceder sin tí.

Mi conformismo vs... Su Gracia

Acabo de leer el blog de un amigo en Tijuana. Y en algunas de sus palabras pude verme... Estaba teniendo problemas para definir lo que estoy pasando desde hace unas semanas, y leerlo me ha ayudado a clarificar. Y de una vez, le doy gracias por haber escrito eso.

¿Es posible que las personas te duelan? Sí. A diario podemos observar que en nuestra comunidad, en nuestro país ocurren hechos que parecen absurdos y que no deberían pasar. Pero, para aquellos que hemos tenido la bendición de ser considerados hijos de Dios va más allá: nos duele que el mundo no conozca a Dios, porque conocemos las consecuencias.

A veces me pregunto por qué cómo iglesia de Cristo no ponemos atención a lo que viven los demás, a lo que piensan y sienten; somos expertos en señalar y en criticar, en decir que las personas son tontas y que jamás entenderán la Verdad. Pero... ¿los hemos escuchado? ¿conocemos a esas personas? ¿conocemos a nuestro vecino que a diario sale a trabajar? ¿conocemos a nuestro compañero de salón, sabemos por qué le gusta fumar e irse de antro?

Hace un par de semanas tuve que aceptar que estaba en una posición muy cómoda pegando cartelitos para la célula en Trabajo Social; me quejé porque los quitaban y que eso era el colmo, porque la Universidad es un espacio de libre expresión (!). Claro, los cartelitos lo dicen todo...

Y Alguien (Él, sólo Él) causó que me cayera el veinte: durante cerca de dos años, tres días por semana pasas 6 horas en un grupo de aproximadamente 45 personas, compañeras y compañeros tuyos, con los cuales... ¿has hablado más de 5 minutos? ¿En qué parte te perdiste?

No hay pretextos, ni siquiera el miedo o el temor. Si lo que necesitas es valor, tómalo de Él (no pensé exactamente eso, pero por ahí iba la cosa). Tomé unas fichas y escribí en cada una "Si pudieras hacerla a Dios una pregunta, sabiendo que él la respondería, ¿qué le preguntarías?". Al día siguiente, las repartí entre las compañeras que se sientan más cerca de mí. Ninguna la rechazó, y todas respondieron.

Y Dios me mostró que también sienten, también piensan, también tienen dudas y que compartimos la misma preocupación por el mundo que se va en pique. La pregunta más mencionada versa en la razón por la cuál el hombre, siendo racional, se destruye a sí mismo y a sus semejantes.

Como respuesta a mis compañeras, les escribí a cada una, una invitación personal al grupo. No fue producción en serie; en cada hojita escribí algo para ellas, y ofrecí mi ayuda en lo que sea que pudieran necesitar. La respuesta de Dios fue en dos partes: una, la compañera que menos esperaba, me preguntó sobre la célula. Dos, la compañera que se sienta a mi lado me debatió y cuestionó sobre la divinidad de Jesús; eso me hizo ver que soy una reverenda papa.

¿El problema para que pueda llevar el Evangelio es que quiten los carteles?

Entendí que no puedo compartir el Evangelio si no me acerco a los demás. Dos cosas que estorban para compartir son mi actitud conformista y que me olvide del dolor... peor, que me acostumbre a ese dolor que mencioné arriba.

He tenido que aceptar que la Obra no depende de mí, que por mis propios méritos no lograré nada, absolutamente nada. El tema de la Gracia en los tiempos devocionales ha sido la constante en los últimos días... por algo debe ser.

Si el Evangelio fructifica en mi escuela, será por Él y no por mí.

Mi amigo me ha recordado sobre la preocupación y el dolor por mis compañeros, y el servicio a ellos. Y me uno a su oración...

Cambia en mí Señor aquello que no deja que tu luz pueda ser vista por ellos, calla las palabras que son mías y hazme hablar las tuyas, acaba conmigo para que tu imagen de siervo pueda servirlos a ellos, porque sus oídos sordos son, ayudame a enseñar sirviéndoles, para que puedan verte, conquistarlos lavando sus pies como tú haz hecho con nosotros. Una oración que duela por los demás es la que quiero llevar contigo, que desee conocerte más Padre eterno.

Así sea.

sábado, octubre 10, 2009

Remedio económico para el estrés

Actualmente, nos encontramos metidos en un ambiente muy estresante. Sobre todo, si vivimos en un ciudad como la mía, la inmensa Ciudad de México. A diario tengo que pasar por situaciones que me exigen resistencia física, mental, emocional y espiritual.

Todo inicia a las 4.30 de la madrugada, hora en la que tengo que despedirme de mi cama para prepararme e ir a la escuela. Salir a la calle a las 5.50, y cruzar un Eje Vial (por puente peatonal, por supuesto); estar en el metro a las 6.10, para empezar una gran aventura; alguna vez escuché que alguien decía "sauna y masaje, por dos pesos de pasaje"... Ustedes imaginen cómo se pone la limosina del pueblo para que hagan ese tipo de comentarios.

A eso hay que sumarle el típico estrés de universitaria; con el valor agregado de la práctica escolar, realizada en alguna colonia de la misma ciudad. Bueno, la vida es un reto en este lugar. Es una prueba de sobrevivencia, en la cual corres el riesgo de ser comido o devorado por el estrés.

Pero existen remedios contra este padecimiento. Y no sólo están los medicamentos o multivitamínicos; hay cosas más sencillas y hasta más efectivas. Una de ellas es la risa.

Hoy tuve una terapia durante la sobremesa, para "desgracia" de mi familia, que se hartó de mi simpleza. A cada comentario que sonaba chistoso para mí, solté carcajadas a granel, tuviera o no chiste para ellos; yo quería liberar tensión y a eso me dediqué. Creo que funcionó bien.

Está comprobado que reír es muy sano, que causa bienestar porque se liberan endorfinas (o algo así) en nuestro cerebro. Evita las arrugas, es bueno para el corazón y te mantiene de buenas; además, te permite tener una actitud más positiva y ves las cosas de otra manera. Hasta funciona para fortalecer las relaciones interpersonales, porque casi siempre lo hacemos mejor estando con otros.

Disfrutemos de la risa en compañía. Yo creo que Dios creó la risa con un motivo, porque no es casualidad que provoque tantos beneficios.

viernes, octubre 09, 2009

Querer o no querer...

¿Puedo quererte?
¿Cómo debo quererte?
¿Acaso soy yo la que define quererte o no quererte?

¿Tengo alternativa?

¿No debe ser Él quien ponga en mi corazón quererte?

¿Y si tú también me quieres?

¿Cómo saber que podemos coincidir?

¿Me quieres?


Y como siempre, no lo sé.


P.d. ¿Y si ambos nos queremos?
¿Qué pasa si ambos nos queremos?

lunes, octubre 05, 2009

Más de Sabines...

No pude resistir la tentación, y copié de nuevo a Sabines...

Me encanta Dios.
de Jaime Sabines.

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la largatija grande se traga a la pequeña, que le hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo-, la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -se agita y crece- cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insoldable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.


P.d. Si quieren, pueden escuchar a Sabines en la siguiente liga: http://www.descargacultura.unam.mx, seleccionen la opción de autores, buscan su nombre y encontrarán audios del poeta recitando algunas de sus obras.

jueves, octubre 01, 2009

De historia e historias...

Ayer, en mi viaje por el metro, iba pensando que quería escribir algo, pero no tenía nada. Y es absurdo: estoy en una ciudad en la que a diario suceden cosas para contar, desde un robo en el pasillo del paradero de Pantitlán (y por eso ya me da "cosa" pasar por ahí), hasta la historia de una colonia.

Si la práctica regional parecía tediosa y aburrida, ahora estamos entrando a lo mero bueno. Uno de los proyectos que estamos echando a andar tiene que ver con la recuperación de la historia de la colonia Pantitlán, y esta semana descubrimos que hay un pasado inmenso como el mar que las personas disfrutan platicar; me atrevería a decir que tienen la necesidad de contarlo.

En realidad, es demasiado decir que nosotras vamos a recuperar la historia... Hasta dudo de la validez de la expresión (nota: consultar a los amigos historiadores). El punto es que sólo somos cuatro almas estudiantiles, y la Panti... ¡es la Panti!

Ya hay trabajo previo. Hay un grupo de adultos mayores que se han dedicado a recopilar fotos, documentos, palabras, anécdotas, recuerdos y experiencias; comparten casi una vida completa en aquel lugar donde hace medio siglo había zanjas con peces, tortugas y ranas; donde los terrenos eran de 27 de frente por 90 de fondo, y donde el gobierno pensó en fundar una colonia agrícola sobre suelos salitrosos (desde entonces se toman decisiones ridículas).

Este grupo se llama "La Bella Panti". El nombre tiene su razón de ser: la colonia, dicen, era bonita; ahora, las amistades han perdurado y por eso sigue siendo bella. Todo esto me habla del gran amor que tienen a ese lugar. SU lugar que, aunque ahora padece la inseguridad, el torpe tránsito del transporte público y la invasión de las unidades habitacionales, lo siguen amando porque su vida está ahí.

Los fundadores sobrepasan ya los 70 años, y otros simplemente ya no están. Pero la memoria no los traiciona, y todavía pueden ver aquellos carrizos y terrenos baldíos; todavía escuchan la música de las orquestas en el Salón de Actos de la calle 4, donde ahora hay un mercado; aún pueden distinguir a lo lejos el camión que salía del Olímpico al Centro de la ciudad, el lejano centro donde compraban agua o carne, hasta que vinieron las pipas y se abrieron negocios.

Sólo han sido algunas pocas charlas con personas que abren las puertas de su casa y de su corazón, para que podamos ver esos nudos bien amarrados, que van tejiendo, sin querer o queriendo, una historia colectiva. Pero aún siendo pocas las pláticas, hacen que me cuestione "Ada, ¿conoces tu colonia y su historia?".

Tengo casi 22 años viviendo en la misma colonia, pero no sé qué fue antes. Me he enterado de unas cuantas cosas: era parte del lago de Texcoco, y algunas personas pescaban; en algún tiempo era parte de la zona de Aviación Militar o algo parecido... Cosas vagas, que no me bastan para responder mi pregunta.

Mamá me ha dicho que aún hay personas que pueden contar cosas, pero que es mejor apresurarse, pues se pueden adelantar. Ana ya me ha recomendado visitar un par de bibliotecas, que también es útil.

Y no desdeño los libros, pues son fabulosos, pero, la verdad, prefiero escuchar a la gente y robarme un poco de esa vida que tuvieron, como un intento de adueñarme de emociones ajenas, para apropiarme de esa historia e ir construyendo la mía.