martes, junio 29, 2010

Te pido la paz para mi país....

Muro fronterizo. Tijuana, BC.

Ayúdame a mirar con tus ojos,
quiero sentir con tu corazón,
no quiero vivir más siendo insensible
a la necesidad, oh Jesucristo.

Ayúdame a mirar con tus ojos,
quiero sentir con tu corazón,
no quiero vivir más siendo insensible
a la necesidad, oh Jesucristo.

Te pido la paz para mi ciudad,
te pido perdón por mi ciudad,
ahora me humillo y busco tu rostro,
¿a quién iré Señor, sino a ti?

Te pido la paz para mi país,
te pido perdón por mi país,
ahora me humillo y busco tu rostro,
¿a quién iré Señor, sino a ti?
¿a quién ire Señor, sino a ti?
¿a quién iré Señor, sino a ti?

No sé de quién es este canto, pero creo que es parte de la tradición de la CIEE en América Latina. Lo tomo como una oración personal, a raíz de la violencia  y la corrupción que se viven en mi país. Me entristece, me duele y me aferro a la misericordia del Único Dios. Te pido perdón por mi país, te pido la paz para mi país...

jueves, junio 24, 2010

Unas pocas reflexiones...

A lo largo de este mes he estado leyendo a paso constante y esforzado algunos libros de la Biblia y otros materiales que me enviaron como preparación para el ENFOL. A menos de un mes de partir a tierras centroamericanas, me siento extraña: Dios se ha encargado de darme una capacitación super-intensiva, que estoy intentando asimilar. Quizá no entiendo todo por completo, pero me llena de expectativa, ánimo y esperanza.

Y digo que no entiendo todo porque ahora estoy revisando Apocalipsis. Por todos lados he escuchado que es un libro difícil. No lo niego. He tenido que luchar con ese pre-juicio, de tal forma que pueda acercarme sin miedo. En realidad no se nos pide que entendamos y decifremos las imágenes allí descritas, "Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas..." (Ap. 1:3).

Me ha ayudado mucho acompañar la lectura con el escrito de Jorge Atiencia y Ziel Machado, "No tengan miedo". Y Ziel mismo inicia el capítulo 5 explicando que para él Apocalipsis siempre fue su libro difícil, pero nos invita a recordar que Dios siempre quiere decirnos algo, que tiene sentido para nosotros. "Podemos ir con confianza a la Palabra de Dios, con la convicción de que el Espíritu Santo se propone mostrarnos algo". Esto me ha ayudado a leer con más tranquilidad el último libro de la Biblia.

Han sido muchas reflexiones, dudas y desafíos los que se han hecho presentes con este libro, y voy entendiendo por qué no tengo que matarme para entender las increíbles y sorprendentes descripciones que Juan hace de su visión. Se trata de las cosas que están por venir, y así como las puedo leer, puedo vislumbrar que serán importantes e impactantes, por eso se nos pide que estemos preparados como Iglesia.

Perseverancia y fidelidad, perseverancia y fidelidad. Lo que Dios quiere es que seamos perseverantes y fieles a Él, pase lo que pase. Que sigamos siendo suyos, aunque la seductora tentación del poder esté enfrente de nosotros, hablando con palabras bonitas que nos hacen cosquillas, y que parecen ser el Evangelio. Que sigamos adorándole a Él y sólo a Él, aunque Satanás se haya puesto su mejor disfraz para engañarnos, y hacernos creer que estamos siguiendo a Jesús.
 
Pero esta perseverancia y fidelidad no son sinónimo de éxito y confort. "¿Cuántos milagros hizo Juan el Bautista? Ninguno [...] sin embargo Jesús dijo que [...] no hubo profeta más grande que él. Y con este concepto que tenía Jesús de él, Juan el Bautista no terminó su ministerio frente al mar, en una casa de vacaciones. Terminó su vida en el martirio, por su fidelidad al Señor". Voy comprendiendo por qué las tentaciones son tan fuertes, y por qué es tan valiosa la fidelidad para Dios.

La vida cristiana no es fácil, Jesús mismo nos lo hizo saber. Cada día, cuando despertamos, tenemos que enfrentar situaciones adversas con la familia, los amigos, los hermanos en la fe y las personas que se sientan junto a nosotros en el transporte público. Les confieso que más de una vez me he preguntado cómo sería mi vida si no hubiera decidido seguir a Cristo, ¿sería más cómoda? ¿tendría menos conflictos? ¿dejaría de ser un "bicho raro"? ¿podría hacer lo que se me antojara sin pensar tanto en las consecuencias? Tal vez sí.

Pero no tendría nada. Mi vida sólo giraría en lo inmediato, y el futuro sería incierto. Tal vez ya hubiera desarrollado un transtorno de depresión por las complicaciones en el mundo y mi sensación de soledad, me sentiría con mucho miedo al escuchar de las ejecuciones y muertes por el narco, y tendría una gastritis declarada producto del estrés escolar. Pero más que todo ello, no tendría la seguridad de saber que Jesús tiene la última palabra.

Y cierro mi intento por compartirles unas pocas reflexiones, con la promesa que escuché de Jesús, y por la cual yo le dije "quiero seguirte, Señor":

"Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén". Mateo 28:20

sábado, junio 19, 2010

Testigos y participantes de la Gracia


Sólo un vistazo a la cena de celebración...

El día de ayer se realizó la cena de celebración de fin de semestre en COMPA DF. Es la cuarta a la que asisto, y me da mucho gusto decir que estoy agradecida por lo que todos vimos y vivimos.

Con poco más de 100 asistentes, entre estudiantes, egresados, compasaurios, familiares e invitados de algunas iglesias locales, el evento estuvo lleno de sonrisas por los reencuentros con amigos que estudian en otros campus, así como de gratitud por el crecimiento en la obra estudiantil. Muchos estabamos sorprendidos por ver un lugar tan lleno y descubrir que la mayoría nos conocemos porque nos vimos en una megacélula, un campa o un alcance.

La piel se me hizo chinita cuando juntos entonamos "Dios Supremo Eres"... quizá una probadita de lo que será la Eternidad con Nuestro Señor: unidas todas las voces alabando al Creador del Universo. Y la confianza y la certeza se me levantó cuando las notas del "Militante" sonaron en la guitarra acústica, porque la historia está ganada.

También fue posible escuchar los testimonios de aquellos que, antes que nosotros, trabajaron en el ministerio: compasaurios -como les decimos de cariño-, que vivieron el 68; uno de ellos, Carlos, habló del tiempo que estuvo encarcelado junto como 80 estudiantes más, y aún en esas circunstancias Dios lo utilizó para predicar de Jesús. Sus palabras me dieron aliento, en medio de mis propias dudas e inquietudes personales.

El informe del semestre tuvo distintos contrastes: fue animador escuchar que 12 estudiantes recibieron a Cristo y que la obra ha crecido en nuestra ciudad.; pero la noticia de que el próximo año nuestro asesor regional partirá de regreso a su país creó un silencio singular, y se nos ha pedido comprensión debido a que serán necesarios algunos cambios. Nuestro amigo Mario requerirá nuestro apoyo y respaldo total en su nueva tarea como asesor estatal del DF, así como Ana Miriam, en su nuevo nombramiento de asesora regional para los estados del centro del país. El próximo semestre será de transición, y se necesita de todo el trabajo de la comunidad para salir adelante y continuar con nuestra misión en las universidades y escuelas capitalinas.

También tuvimos oración por los distintos niveles -internacional, nacional y local-; Benjamín y Monse se graduaron del programa de Formación de Asesores, y fuimos presentados los 6 delegados que iremos al ENFOL. Creo que sentí en mis hombros un peso peculiar, pues sé que por gracia iré a dicho evento, pero tampoco ignoro el compromiso que he adquirido en el ministerio. 

Al final, cerramos con los Premios Compa Bicentenario (a propósito de las fechas conmemorativas), que pueden ser divertidos, pero tal vez necesitemos renovar un poco esa parte del programa.

Puedo declarar que soy testigo y participante de la gracia de Nuestro Dios; y sólo puedo decir: Gracias por permitirme ser parte de este bello proyecto, que es Tu Reino.

lunes, junio 07, 2010

Yo vengo a ofrecer mi corazón


Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Fito Páez 

Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevo el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón

No será tan fácil ya sé qué pasa
No será tan simple como pensaba
Como abrir el pecho, y sacar el alma
Una cuchillada de amor

Luna de los pobres siempre abierta
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón

Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquilo, me iré despacio
Y te daré todo, y me darás algo
Algo que me alivie un poco más

Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón

Y hablo de países y de esperanzas
Y hablo por la vida, hablo por la nada
Y hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás

Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón

jueves, junio 03, 2010

Despidiendo al octavo

Se me acabó el octavo semestre. Pareciera que ha sido el semestre más corto de la carrera.

Y sólo queda el noveno, el último. Y con esa idea del principio del fin la cuenta regresiva corre; en menos de un año seré egresada, y espero en Dios que en un año ya tenga el título... ¿en qué momento dejé de ser parte de la "nueva" generación de la ENTS? ¿cuándo se me despojó la etiqueta "de nuevo ingreso" para ponerme la de "pasante"?

Y me rehúso a la mercadotecnia y la publicidad, a la comercialización de un logro que no puede ser pagado con un paquete de dos mil pesos... Este logro no pudo ser sin Aquel que considero el primer trabajador social auténtico de la historia. Puedo parecer huraña al decir que prefiero quedarme con la gratitud y con los retos que vienen por delante, aceptar dar un paso más -no sin temor y nervios- y asumir el nuevo rol: el de trabajadora social.

Terminar la carrera no representa ya un gusto o un capricho, es un deber, una respuesta a la bendición de tener un lugar en una casa de estudios. ¿Celebraré? Sí, lo haré: en cada problemática social en la cual pueda intervenir con un proyecto o con un asesoría o con una capacitación; celebraré mi graduación en cada trabajo que tenga, ¿por qué resignarme a celebrar sólo una noche? Festejaré que cuente con las herramientas teórico-metodológicas y con las habilidades profesionales para responder y actuar en lo social.

Cada día celebraré que tenga vida, y que con ella pueda servir a Mi Creador y a mi sociedad.

Pido una disculpa a mis compañeros y compañeras de generación, en particular los de mi grupo base, porque no me tomé la foto con ellos y porque no iré a la fiesta. Sé que puede parecer mala onda de mi parte, y tiene que ver con que no he logrado transmitirles mi pensar.

No necesitaré una foto para recordarles, porque hemos compartido muchas horas en las aulas, escuchando las participaciones de cada uno, durmiendo en las clases aburridas, aplaudiendo las exposiciones de equipos y uniéndonos en los silencios de protesta contra profesores que no respetaron nuestra posición de estudiantes. Todo eso, todo lo que hemos vivido me ha marcado lo suficiente para recordarlos sin necesidad de una foto o una fiesta.

Pero no dejaré de celebrar que podamos concluir la carrera. Es un logro, y hay que festejarlo; pero así como encontramos diversidad de opiniones en la universidad, también así podemos encontrar diversidad en la forma de celebrar una graducación. La mía es un poco diferente, pero tengan la seguridad de que comparto con ustedes la alegría por ver más cerca el cumplimiento de un sueño que nos es común.