sábado, julio 17, 2010

México en 3 Minutos


Es posible que este video sea presentado en el ENFOL, en el espacio de 20 minutos que tendremos para hablar sobre nuestro país, en una noche cultural.

Sé que está muy sesgado, y que podría parecer anuncio "bicentenario"; pero al hacerlo pude comprender las dimensiones de México, y me surgió el sueño de irme a pasear por sus rincones. Sería fabuloso.

Pero también me queda un extraño sabor de boca, al saber que este país también tiene altos índices de pobreza, marginación, violencia... Pero no deja de ser bello.

Que el Dios Vivo me enseñe cómo ser sensible a las necesidades de mi país, y pueda ser sabia para valorar y cuidar su naturaleza.

Ya casi me voy...

... y aún no puedo creerlo.

Ya tengo lista la maleta, y aún no puedo creerlo.

Mis hermanos y amigos ya han empezado a bendecir el viaje, y aún no puedo creerlo.

Dios preparó todo, proveyó todo, acomodó todo, y aún no puedo creerlo.

No tengo duda alguna de que es Su Voluntad... pero es increíble, inimaginable...

Yo sólo puedo dejarme llevar, soltarme en Sus Manos, escuchar Su Voz, seguir caminando por el Sendero que ha trazado...

viernes, julio 16, 2010

Amistad valorada e invaluable

Ayer tuve la oportunidad de conversar con un amigo muy apreciado para mí, y esa plática me dejó con muchas cosas qué pensar, más de las que podría escribir por ahora. Él también ha sido confrontado por autores y teorías que hablan de la realidad de nuestro mundo, y escucharlo fue un bello regalo de Dios.

Parte del regalo consistió en entender e identificar mi propia aflicción. La otra parte del regalo  fue la oportunidad y la bendición de compartir con mi amigo lo que he vivido respecto a ese tipo de crisis. Compartir con él que las más duras han sido en el camino de la fe y que estudiar a la sociedad y sus problemas no ha resultado ser la más dulce de las aventuras; y compartir que pese a esas crisis, la esperanza existe y la tenemos.

Somos iglesia, somos comunidad. Tenemos el compromiso de compartir con otros, de animarlos y acompañarlos, tal como Jesús el Amigo lo ha hecho con nosotros.

Y al final del día fui consciente de que esta amistad ha resultado un desafío muy lindo. He tenido que aprender a callar y escuchar, a acompañar en vez de regañar, a ser sensible a lo que se vive en otros contextos y aceptar que no soy mejor que nadie. Sí, es de esas amistades que valoras mucho, y que son invaluables. Un maravilloso regalo de Dios.

domingo, julio 11, 2010

Todo tiene su tiempo

Después de una semana de paseos y mucha actividad fuera de casa, este domingo fue un deleite asistir a mi iglesia local, para congregarme y compartir la santa cena con otros hermanos en la fe; los mismos que me han mostrado de distintas formas su apoyo y respaldo para el próximo viaje que haré.

Era tiempo de descansar reuniéndome con mi familia espiritual para alabar a Dios, orar con arrepentimiento, confesar la fe en Jesucristo y hacer memoria de Su entrega por nosotros. Tiempo de escuchar el mensaje que Nuestro Señor preparó para el día y que fue expuesto por mi pastor.

También fue tiempo de reflexionar y recordar que todo tiene su tiempo; esto durante la clase de escuela dominical. Estamos estudiando Eclesiastés, y llegamos al capítulo 3. Todo tiene su tiempo -inicia- y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Al final, reconocimos al Dios que tiene y controla el tiempo. No importa lo que hagamos -decíamos- Él ha determinado el tiempo de cada cosa y acontecimiento, sea personal o universal; entonces ¿por qué afanarnos? Confiemos plenamente en Él, y oremos para que tengamos la sabiduría necesaria y estemos preparados para los cambios que se presentan.

Todo ello me hizo pensar que en esta etapa es tiempo de ser adulta. Que no sólo es contar con la credencial de elector, ni terminar la licenciatura; ser adulta se trata también de tomar decisiones pensadas, de caminar por mi sendero que no necesariamente es el mismo que el de mis padres o abuelos. 

La decisión más importante ha sido seguir a Jesús, pues ha marcado mi vida: mi forma de pensar, de sentir y de entender el mundo. De ahí han derivado otras decisiones más recientes, y mi oración es que mi punto de partida siempre sea la Palabra y Voluntad de Dios. Seguro en el camino pasaré momentos de desesperación, deseando que sea en mi tiempo y no en el Suyo, pero serán tiempos para aprender a esperar y confiar en su Soberania.

Por ahora, más en corto, y puesto que mi hermano fue al campa de líderes -es su tiempo de escuchar a Dios, rodeado de su increíble Creación-, será tiempo de pasar una semana con mamá. Me entusiasma la idea de estar con ella, ha sido un lindo detalle de Aquel que nos llamó a ambas -a cada una, en su tiempo-, justo antes del ENFOL. Oro que sea un buen tiempo.

domingo, julio 04, 2010

A solas con Jesús

¡Qué hermoso es cerrar los ojos para orar a Dios, y después abrirlos para descubrir que ha amanecido!

A solas al huerto yo voy
cuando duerme aún la floresta,
y en quietud y paz
con Jesús estoy,
oyendo absorto allí su voz.

Él conmigo está,
puedo oír su voz,
y que suyo, dice, seré;
y el encanto que hallo
con él allí,
con nadie tener podré.

Tan dulce es la voz del Señor,
que las aves guardan silencio,
y tan sólo se oye
su voz de amor,
que inmensa paz al alma da.

Con él encantado yo estoy,
aunque en torno llegue la noche;
más me ordena ir,
que a escuchar yo voy,
su voz doquier la pena esté.

Austin Miles.

viernes, julio 02, 2010

Libros, libros y... ¡menos libros, por favor!

En la dinámica de la limpieza en casa, además de fotocopias, me encontré -con mucha sorpresa- con los libros de texto de la prepa. Ya ni me acordaba que aún los conservaba. También me despedí de historia universal contemporanea, literatura universal, lógica, geografía... 

Pero no fueron los únicos ejemplares. De mi librero -el que está más cerca del escritorio- tuve que hacer una selección sincera y honesta; no todos los que estaban ahí los utilicé... ¡algunos ni siquiera los consulté! Se fueron los que ya leí, pero no pienso repetir; los que tomé de algún stand porque eran gratuitos; los que hace un par de años pensé que me servirían en alguna asignatura, pero jamás revisé. De todos esos, sólo unos cinco fueron rescatados por mi madre.

Y no es ninguna aberración deshacerse de algunos libros. Desde que tengo uso de razón he estado rodeada de ellos, y en los últimos 3 años he aprendido que no pasa nada -¡no se acaba el mundo!- si me deshago de libros. No los voy a quemar, así que no es ningún atropello a la razón.

He vivido de muy cerca el consumismo "librero", mi padre disfrutaba comprar libros nuevos y viejos; y cuando falleció todos sus libros, absolutamente todos, se quedaron en los estantes. Fue necesario vender una gran parte, porque él ya no los iba a leer, y nosotros tampoco. Así que, aunque me guste algún título en la librería, puedo dejarlo en su lugar y no comprarlo, salvo que sepa que lo voy a leer y utilizar -y tenga dinero-.

Me he vuelto partidaria de los intercambios y las bibliotecas. No hay como recorrer los pasillos de la biblioteca de la escuela, husmeando entre los títulos y los autores, elegir alguno y solicitar el préstamo; después de una semana, lo regresas y alguien más lo puede consultar. O prestar tu novela favorita a un amigo, para después reunirse y comentarla, escuchar opiniones, gustos y disgustos. Los intercambios de libros no sólo fomentan la lectura, ¡promueven la socialización, la convivencia! Es como leer "acompañado", que resulta más divertido y enriquecedor que leer a solas.

La pregunta que queda ahora es ¿cómo vamos a rellenar los espacios vacíos de los libreros? Sospecho que la siguiente meta es seguir depurando la biblioteca familiar, y reubicar los lugares de aquellos ejemplares que aún se quedarán con nosotros.

A trabajar, entonces.

¡Mis tenis otra vez son blancos! [Parte II]

Algo que disfruto de los días de limpieza es encontrar curiosidades y recuerditos. La novedad del día fue toparme con fotocopias que datan de mi último periodo de prepa, allá por el año 2004. 

No pude evitar sonreir después de leer mi examen escrito de sociología sobre "Rebelión en la granja", o descubrir el documento base del Plan Puebla Panamá que nunca leí para la clase del profe Quintana; ni hablar de las hojas de carpeta con algunas poesías de la clase de literatura hispanoamericana (seguramente la que más disfruté ese año).

Sentí cierta nostalgia al reconocer el folleto de bienvenida, que recibí al entrar a la carrera.  Incluía el mapa curricular de los nueve semestres; aún recuerdo que me preguntaba cómo sería cursar todas esas materias, cada una sonaba tan interesante como la otra... ¡cuánto tiempo iba a tardar en acabar! Y ahora, me pregunto en qué momento el tiempo tomó el avión para irse volando.

Me dio gusto observar que mi caligrafía mantiene muchos rasgos: fue en la prepa cuando varios aspectos de mi personalidad se definieron; en esa etapa las aulas, los compañeros, incluso la danza, fueron elementos en mi formación como joven. Después, en la universidad, tuve que ser formada para ser una mujer adulta.

Y me despedí de todos esos papeles con gratitud. Porque no siempre podré guardarlos -y tampoco quiero hacerlo-, porque mi paso por la prepa va más allá de un montón de fotocopias que no he vuelto a utilizar, porque quiero dejar espacio para lo que Dios tiene por delante. A Él le agradecí esos años de adolescente, esos momentos en que sentí que podría comerme al mundo, esa época en que descubrí algunas de mis habilidades y capacidades. Gracias, porque puede vivirlos, pude equivocarme, y pude aprender de esos errores.