lunes, agosto 30, 2010

Quieta... quieta...

Hoy me quedé quieta, muda, sentada, esperando.

Tuve que resistirme a tomar la iniciativa, calmar las ansias de leer primero, de hablar primero, de pensar primero... Y aunque intenté un par de veces dar el primer paso, no me sentía cómoda al hacerlo. Sabía que esta vez no funcionaría así.

Desde siempre esa es mi lucha, verdad? Desde antes que te conociera tenía esa extraña maña, como si las cosas dependieran de mi capacidad de tomar las riendas. Siempre intentando hacer las cosas por mí misma, buscando ser yo la que dirija el timón. Pero las cosas han cambiado. Tú me has cambiado.

Y esperaba algo de acción, quizá una escena con enseñanza, por lo menos un rayo inesperado que me sorprendiera... Pero no. Sólo querías que me quedara quieta. Nada más. Quieta, esperando, confiando. Admirando en quietud.

No recuerdo haber tenido un encuentro así contigo. Lo habitual son charlas, quejas, gratitudes, dudas... Pero esta vez era una cita para estar en silencio contigo. Qué bello.

Me llevaste a pensar algunas cosas, observar los trapos viejos que sigo cargando. Y opté por dártelos, porque a mí me estorban. 

Gracias por esta bella mañana de silencio y quietud. Gracias por mostrarme que no es necesario pronunciar palabra alguna para disfrutar de Tu Presencia. Gracias.

domingo, agosto 29, 2010

Tiempo de callar...

Desde ayer tengo una molestia en la garganta. Me duele y me arde. Para mi mamá significa que una gripa se aproxima y es momento de tomar vitamina C. Ni modo, los cambios de temperatura y el sótano húmedo del centro de prácticas tienen algo que ver con esta situación.

Este dolor de garganta me ha hecho guardar silencio, al menos las últimas horas. No estoy afónica, pero no dan ganas de hablar. Y he pensado: "tal vez, es tiempo de callar...". ¿Por qué tendría que callar ahora?

Ahora, cabe aclarar que no me refiero tanto a callar mis cuerdas vocales; hago alusión a callar mi mente, mi corazón.

Un par de entradas antes mencioné que estoy en transición. Hay muchas cosas en mi cabeza, muchas cosas que quiero hacer... hablo y hablo y hablo en mi mente... pero no me detengo mucho para escuchar. Hago demasiado ruido, me planto y exijo... pero no me siento, ni siquiera me pongo de rodillas para pedir dirección. Auch...

Muchos sueños revolotean en mi imaginación. Algunos demasiado vanos, que me avergüenza tenerlos ahí. Otros, más serios que pesan por el compromiso y la entrega que requieren. Y unos cuantos, los que pueden ser comunes a jóvenes de mi edad. Todos ellos, hacen ruido.

¿Por qué debo callar ahora? Porque necesito hacerlo para escuchar a mi Padre. No importa cuánto anhele que me diga algo, si yo no cierro mis labios, no será posible. Hay que hacer un paréntesis, un alto.

Mañana no habrá taller en la práctica, podré aprovecharlo para dormir un par de horas más, trabajar algunos varios pendientes, y durante el día callar. Confío en que habrá lindos detalles en esto, desde escuchar buena música hasta escuchar el silencio de la Voz de Dios.

lunes, agosto 23, 2010

El Señor es mi guardador

El Señor es mi guardador, 
nada me falta.
El Señor es mi guardador, 
nunca me dejará.

Al andar en sus caminos,
siempre dará salida a las pruebas,
jamás permitirá que caiga de Su Mano.

El Señor es mi guardador,
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me dejará.

Ante las tentaciones, dará Palabra
y me guiará a lugar seguro.
Su Fidelidad es para siempre.

El Señor es mi guardador,
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me deja.

Si las dudas surgieran,
Él me dará Fe, para ayudar a mi fe.
Me recordará por qué decidí seguirle.

El Señor es mi guardador,
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me deja.

Me ha enseñado que Su Amor es suficiente,
que no necesito otro tipo de amor.
Y me enseña cómo dar ese Amor a otros.

El Señor es mi guardador, 
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me ha dejado.

Ha borrado mis iniquidades,
de ninguna se acuerda.
Su Perdón me ha dado Verdadera Vida.

El Señor es mi guardador,
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me ha dejado.

Su Gracia me ha liberado,
y por Él es que tengo Verdadera Libertad.
Nada hay mejor que servirle a Él.

El Señor es mi guardador,
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me deja.

Nada puedo desear que esté fuera de Él,
nada puedo buscar que esté fuera de Él.
Por nada puedo vivir, si no es por Él.


El Señor es mi guardador,
nada me falta.
El Señor es mi guardador,
nunca me dejará.

jueves, agosto 19, 2010

Entre el cansancio y la Gracia

No me he sentado a escribir hace varios días. Y no es que haya dejado de pensar, cavilar y preguntar cosas; más bien, he dejado que el ritmo acelerado de la Universidad -o de la vida misma- me invada. No me gusta, pero esta vez lo he dejado pasar.

Desde hace un par de días he tenido mucho, mucho sueño. Mis ojos me arden, mi rostro refleja esa falta de descanso... ¡aunque sí estoy durmiendo! No sé, tal vez debo acostumbrarme de nuevo a levantarme de madrugada.

Hasta hoy es que me he propuesto sentarme y escribir, aunque sea una breve reseña de lo que ha pasado por mi mente, lo que he vivido y lo que he sentido.

Para empezar, he descubierto -o hecho conciencia- de que estoy en una etapa de transición. Puede parecer muy obvio, pero en medio de la dinámica cotidiana no consideras este tipo de cosas; no te levantas por la mañana y dices "Ah, sí! Hoy es un día más de esta transición de vida y debo tomar decisiones importantes para el futuro". Bueno, al menos yo no lo hago así.

Por momentos olvido que es el último semestre, que llegado diciembre el título de "estudiante" cambiará a "egresada"... mi identidad en ese aspecto cambiará, así como las expectativas y exigencias hacia mi persona. Dejaré las aulas, ya no tendré descuentos en los museos ni en el cine, tendré que ocupar mi tiempo de las mañanas en otros asuntos... Muchos cambios!

Escucho a mis amigos decir "disfruta tu último semestre en la Universidad". Y es curioso oír esas voces amorosas, y contrastarlas con lo que me comparten mis compañeras de clase; pareciera que ya tienen prisa por pasar a lo que sigue, piensan más en lo que vendrá al salir que en lo que vamos a vivir estos meses. No las culpo, pero me llama la atención.

Y claro que me propongo disfrutar este último tiempo. Por eso me quedé con Inzúa en Identidad y cultura, algo aprenderé de ese señor atropólogo-etnógrafo, que está por doctorarse en Historia de México (¿cómo es que no se ha vuelto loco?). Porque quiero disfrutar este tiempo es que no meto el servicio social y espero un poco para evaluar mis opciones y definir lo que quiero hacer. Porque quiero disfrutar mis últimos meses en la ENTS, es que me estoy esforzando por hacer pequeñas cosas para dar testimonio de Jesús entre mis compañeros.

Algo más que está sucediendo en mi cabeza, es comprender más mi profesión. La mega definición que durante años he dicho, ha sido cambiada por algo más concreto: el Trabajo Social es una profesión que estudia las necesidades y problemas sociales. Podemos agregar que el fin es defender los derechos sociales, pero la esencia es esa. Todo lo demás que podamos agregar, es rollo complementario.

Además de todo esto que he escrito, me ha dado por querer hacer y aprender muchas cosas. Pero reconozco que todo tiene su tiempo, y debo ser paciente, dar orden, priorizar, escuchar a Dios. Entre que quiero aprender guitarra, meterme a clases de baile, hacer ejercicio, bordar, tejer, leer, estudiar, viajar... y si me animo a hacer tesis, empezar a trabajar en ella; entre todo eso, debo quedarme quieta, no acelerarme. Y aquí recurriré al apoyo de mi mamá, necesito que alguien me oriente para organizar mis tiempos y ella me conoce lo suficiente como para saber qué sí y qué no.

Aún hay mucho por hacer. Y creo que estoy aprendiendo eso de sí, dejar las cosas a Dios, pero sin ser irresponsable. Tener presente que en un tiempo empezaré una nueva etapa, pero sin adelantarme a esa etapa. Son como dos extremos: por un lado, debo ir preparándome, pero por otro no precipitarme. Y se siente chistoso.

Pero Dios es increíblemente Bueno y Misericordioso. A veces siento que Él sólo está esperando que yo corra a Él; me mira con amor, pero está en la espera de que acuda a Él en todo momento. Siempre está ahí; otra cosa es que yo no vaya a Él. Y en esta transición sé que me guarda y me cuida, pero ahora me toca acercarme completa, constante y permanentemente a Él.

No sé, tal vez es mi etapa puber-adolescente después de mi infancia espiritual. Pero sería aventurado afirmar algo así.

Este tiempo, en el cual ha comenzado mi transición, se vislumbra interesante y emocionante. Los cambios no siempre son fáciles, a veces duelen. Pero me entusiasma pensar que en mi vida hay un sostén infalible: Jesucristo. No importa lo que pase, mi identidad está en Él, mi fuerza está en Él, mi razón de vida está en Él. Será la primera transición de vida que experimente teniéndolo a mi lado, y eso es emocionante.

No sé que suceda de aquí hasta fines de año (y tampoco quiero afanarme por ello), pero estoy segura de que será para Su Honra y Su Gloria.

sábado, agosto 07, 2010

[1ª de Pedro 1:18,21]

Fuí rescatada de mi vana manera de vivir, no con cosas corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo; mediante el cual creo en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que mi fe y mi esperanza sean en Dios.

miércoles, agosto 04, 2010

Mi salmo 30

Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado;
sólo a tí es la Gloria y la Honra por lo que has hecho en mi vida.

Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste;
sin merecerlo, por pura Gracia me has bendecido.

Por tanto, a ti clamaré...

Por tanto, a ti cantaré y no estaré callada.
Jehová, Dios mío, te alabaré para siempre.










Playa en Puntarenas, 
Costa Rica.

martes, agosto 03, 2010

Recapitulando el ENFOL

He comenzado formalmente el proceso de asimilación y procesamiento del ENFOL. Ya transcribí muchas ideas, preguntas, desafíos en cuatro cuartillas. Pero me resisto a dejarlo ahí.

Estoy impresionada. En el transcurso de los días en La Montaña no me percaté de todo lo que Dios estaba hablando. Todo llevaba un hilo conductor, todo comienza a tomar sentido ahora que me he sentado a escribirlo, organizarlo y reflexionarlo.

Pero me resisto a dejarlo ahí, porque de nada sirve si se queda en la memoria de mi compu. La verdad, me muero de ganas de platicar con todos mis amigos de esto. Y anhelo que los compromisos declarados a Dios se mantengan en mi corazón, y que aunque no los recuerde de inmediato, Su Espíritu me impulse a cumplirlos.

domingo, agosto 01, 2010

¿Qué significa ser piedra viva en mi contexto social? *

Vivo en una ciudad de 8 millones de habitantes, y si consideramos su zona metropolitana, suman 20 millones.

Cada mañana debo disponerme para asistir a la universidad. Me levanto a las 4:30 de la mañana para llegar a tiempo a la clase que inicia a las 7. Estudio el noveno semestre de la licenciatura en Trabajo Social, y cada día escucho sobre problemas sociales: pobreza, hambre, violencia, corrupción, desigualdad, marginación, falta de valores...

En el trayecto de mi casa a la universidad, durante el viaje en metro, observo la venta de piratería, la indiferencia de las personas cuando sube un anciano, o la discriminación a los menesterosos que piden limosna. Puedo leer en los periódicos sobre la lucha contra el narcotráfico, las muertes violentas y los decapitados; también sobre la aprobación de leyes que permiten el aborto y los matrimonios homosexuales, sin olvidar el aumento a los impuestos.

En casa, vivo el desempleo de mi madre. Gracias a Dios, contamos con una pensión de viudez y orfandad, porque mi padre falleció hace dos años. Vivo el esfuerzo de mi hermano para mantener su beca y pagar sus estudios. En mi salón de clases, escucho a mis compañeros. Algunos no conocen de Cristo y muchos no creen que exista Dios o que sea Soberano.

Mi contexto es duro. Y soy llamada a ser piedra viva en medio de él. ¿Qué significa ser piedra viva en mi contexto social?

En primer lugar, creer que es un llamado de Dios. Si pienso que se trata de una meta en mi vida, no va a servir, porque no está en mis manos hacerlo.

Ser piedra viva significa, para mí, renunciar a ser cualquier otra cosa. Soltar mis sueños y abrazar el plan de Dios como lo único que existe. Renunciar a mi identidad y recibir un nuevo nombre; renunciar a ser llamada mexicana, para ser llamada hija de Dios.

Ser piedra viva significa estar dispuesta a ser moldeada y alisada por el río. Estar abierta a la confrontación y a las pruebas; estar dispuesta a quedarme en la cascada, aunque reciba todo el chorro y toda la presión.

Ser piedra viva significa saber orar por mis gobernantes, aunque no esté de acuerdo con ellos. Orar por sus vidas y por sus familias, pidiendo dirección en sus decisiones; y solicitando que yo pueda ser una ciudadana conforme a la voluntad de Dios.

Ser piedra viva significa mirar a mis compañeros, y escucharlos en silencio. Brindar mi mano para apoyarles, no importando su forma de pensar.

Ser piedra viva significa no adquirir mercancía que sé es ilegal, aunque sea un disco de mi artista favorito, y tenga el éxito de moda.

Ser piedra viva significa acompañar a mi amiga, que acaba de abortar y está sumida en depresión; sin juzgarla ni señalarla, más bien amándola.

Ser piedra viva significa ser valiente en mi clase y presentar una perspectiva cristiana acerca de los problemas sociales, aunque piensen que soy ignorante o anticuada.

Ser piedra viva significa morir yo, para que Cristo viva en mí.

Ser piedra viva es un llamado de gracia y por gracia, como la respuesta al Amor de Aquel que nos llamó.

Por eso, mi oración es que el Señor nos haga piedras vivas, para guiar el río de Su Palabra y llevar agua de vida a los sedientos de Cristo.

* Participación preparada y leída para la noche de creatividad estudiantil del ENFOL 2010.