lunes, enero 23, 2012

Misiones de Chihuahua [Terminado!]

¡Por fin! Después de casi dos meses, terminé el libro de Misiones de Chihuahua. Creo que ha sido de los más difíciles de leer, y confieso que hubo momentos de desesperación porque ya me andaba por acabar.

Consta de dos partes principales: la que habla de los franciscanos y la que habla de los jesuitas. Disfruté más la segunda, y creo que tiene que ver con los detalles que proporciona sobre la vida de los misioneros de la Compañía de Jesús; al parecer no hay muchos registros sobre los franciscanos, y lo que da el autor es un aporte significativo. Y está bien... pero casi no lo disfruté.

Pero en general, terminé con ciertas inquietudes y preguntas que intentaré plasmar acá:

1. ¿Qué podría hacer que un hombre centroeuropeo, después de viajar al otro lado del mundo y adentrarse en la sierra tarahumara, pida ser enterrado "junto a sus indios"? ¿Qué podría hacer que alguien llegue a olvidar su lengua materna para sólo hablar un dialecto indígena? Varios misioneros "llegaron para quedarse", y vivieron décadas entre los nativos, y eran felices. ¿Por qué? ¿Acaso no sería porque el Espíritu de verdad estaba obrando en la vida de estos personajes?

2. Me inquietó mucho leer sobre las rebeliones de los nativos. ¿Qué postura debería tener yo ante esto? Porque los indígenas mataron a varios misioneros y de maneras poco agradables; pero también estaban respondiendo al abuso de los españoles y de las personas que quería explotar las minas que se descubrían en ese tiempo. ¿Qué debo de pensar entonces? ¿Que eran unos "bárbaros salvajes"? ¿Qué de lo que hicieron los conquistadores?

3. Una constante fue leer que los padres fundaban un pueblo o misión y traían familias de indígenas. Se trataba de tenerlos en el mismo lugar -recordé que varios de esos grupos eran nómadas o semi-nómadas-, y que vivieran conforme el estilo de vida occidental; es decir, se imponía una cultura diferente. Y eso me llevó a preguntarme: cuando compartimos el evangelio, ¿queremos que el otro viva como nosotros creemos que es correcto? ¿esto es válido?

4. Por último, me quedé con la impresión de que el autor tomó partido -y la prologuista lo menciona sutilmente, al mencionar que Márquez quiere hacer una especie de homenaje a los religiosos. Y salió una pregunta: en estos rollos de la historia, ¿se busca/se puede/se debe ser objetivo?

Se me quedan las ganas de saber más de algunos jesuitas, sólo porque decidieron quedarse entre los tarahumaras, a pesar de los peligros, para vivir y morir entre ellos.

domingo, enero 15, 2012

En la iglesia, mi casa...

En medio de una crisis respecto a mi lugar en la iglesia, hoy el Señor me mostró un panorama diferente. Seguiré allí, donde me ha puesto; y confiaré que Él seguirá trabajando en su iglesia y en mi vida. 

Hoy cantamos dos himnos que particularmente me gustaron, porque no los conocía del todo y porque me animaron a seguir tomada de Su Mano.



Gloria por siempre
al Cordero de Dios,
a Jesús el Señor, 
al león de Judá;
la raíz de David
que ha vencido
y el libro abrirá. Amén.

Los cielos, la tierra y el mar
y todo lo que en ellos hay,
le adorarán y proclamarán:
"Jesucristo es el Señor".



Salvador, a ti me rindo,
y obedezco solo a ti,
mi guiador, mi fortaleza,
todo encuentra mi alma en ti.

Yo me rindo a ti,
yo me rindo a ti, 
mis flaquezas y pecados,
todo traigo a ti.

Te confiesa sus delitos
mi contrito corazón,
oye, oh Cristo, mi plegaria,
quiero en ti tener perdón.

A tus pies yo deposito
mi riqueza, mi placer;
que tu Espíritu me llene
y de ti sienta el poder.

Tu bondad será la historia
que predique por doquier,
y tu amor inagotable
será siempre mi querer*.


* Esta es la estrofa que aparece en el himnario que usamos en mi iglesia.

domingo, enero 08, 2012

Un curiosidad: un texto monovocálico

Desde hace un tiempo reviso una revista electrónica, ESTILO, manual de estilo para nuevos medios. Creo que es buena y tiene curiosidades sobre ortografía y cómo escribir correctamente en los medios electrónicos. 

En esta ocasión, leyendo un artículo sobre curiosidades de nuestra lengua, descubrí que un lector compartió, en un comentario a dicha nota, un texto monovocálico... Lo comparto con ustedes, me cuentan cómo les fue al leerlo!

La Habana aclamaba a Ana, la dama más agarbada, más afamada. Amaba a Ana Blas, galán asaz cabal, tal amaba Chactas a Atala.

Ya pasaban largas albas para Ana, para Blas; mas nada alcanzaban. Casar trataban; mas hallaban avaras a las hadas, para dar grata andanza a tal plan.

La plaza, llamada Armas, daba casa a la dama; Blas la hablaba cada mañana; mas la mamá, llamada Marta Albar, nada alcanzaba. La tal mamá trataba jamás casar a Ana hasta hallar gran galán, casa alta, ancha arca para apañar larga plata, para agarrar adahalas. ¡Bravas agallas! ¿Mas bastaba tal cábala?. Nada ¡nada basta a tajar la llamada aflamada!

Ana alzaba la cama al aclarar; Blas la hallaba ya parada a la bajada. Las gradas callaban las alharacas adaptadas a almas tan abrasadas. Allá, halagadas faz a faz, pactaban hasta la parca amar Blas a Ana, Ana a Blas. ¡Ah ráfagas claras bajadas a las almas arrastradas a amar! Gratas pasan para apalambrarlas más, para clavar la azagaya al alma. ¡Ya nada habrá capaz a arrancarla!
Pasaban las añadas. Acabada la marcada para dar Blas a Ana las sagradas arras, trataban hablar a Marta para afrancar a Ana, hablar al abad, abastar saya, manta, sábanas, cama, alhajar casa ¡ca! ¡nada faltaba para andar al altar!

Mas la mañana marcada, trata Marta ¡mala andanza! pasar a Santa Clara al alba, para clamar a la santa adaptada al galán para Ana. Agarrada bajaba ya las gradas; mas ¡caramba! halla a Ana abrazada a Blas, cara a cara. ¡Ah! la a nada basta para trazar la zambra armada. Marta araña a Ana, tal arañan las gatas a las ratas; Blas la ampara; para parar las brazadas a Marta, agárrala la saya. Marta lanza las palabras más malas a más alta garganta. Al azar pasan atalayas, alarmadas a tal algazara, atalantadas a las palabras:

-¡Acá! ¡Acá! ¡Atrapad al canalla mata-damas! ¡Amarrad al rapaz!

Van a la casa: Blas arranca tablas a las gradas para lanzar a la armada; mas nada hará para tantas armas blancas. Clama, apalabra, aclara ¡vanas palabras! Nada alcanza. Amarran a Blas. Marta manda a Ana para Santa Clara; Blas va a la cabaña. ¡Ah! ¡Mañana fatal!


sábado, enero 07, 2012

¡Yo creo en tu resurrección!

Hoy se cumplen cuatro años de la muerte de papá. Lloro y me duele recordar que en el último momento él rechazó la fe en Cristo. Y a mi mente viene este canto de la Hermana Glenda: "yo creo en tu resurrección, porque puedo entregarme a pesar de todo este dolor, porque puedo amar, porque tengo tanto, tanto para entregar".

A pesar del dolor y de mi duelo Dios, en su misericordia, me toma y me consuela; a pesar de este dolor tan profundo, me concede la gracia de entregarme y amar a otros. Si no fuera por su Espíritu, no lo podría hacer.

Les comparto el canto y la letra.


Yo creo en tu resurrección
Porque puedo amar, puedo reír
Puedo abrazar mi mayor enemigo
Y mirarlo en ti

Yo creo en tu resurrección
Porque tengo paz en mi corazón
Porque puedo entregarme
A pesar de todo este dolor

Yo creo en tu resurrección
Porque soy feliz junto a ti
Porque me amas tanto
Que hasta moriste por mí

Yo creo en tu resurrección
Porque puedo amar
Porque tengo tanto, tanto
Tanto para entregar

Yo creo que tú, Señor
Vivirás en mí
Yo creo que tú, Señor
Vencerás en mí
Yo creo que tú, Señor
Moraras en mí
Para siempre, para siempre
Señor

Yo creo en tu resurrección
Porque ni el dolor ni mi propio error
Ninguna angustia podrá
Separarme de tu amor

Yo creo en tu resurrección
Porque todo lo puedo con tu amor
Porque sé que cuidas de mi vida
Mejor que yo

Yo creo en tu resurrección
Porque puedo amar
Porque puedo entregarme
A pesar de todo este dolor
 Yo creo en tu resurrección
Porque puedo amar
Porque tengo, tanto, tanto
Tanto para entregar

Yo creo en ti, Señor
Yo creo en la fuerza de tu ida
Creo que donde sobreabundo el pecado
Sobreabundo más tu gracia
Creo en la fuerza
De tu pequeña semilla en nuestro corazón
Que da el ciento por uno
Creo que vives en nosotros
 Yo creo en ti, Señor

Yo creo en tu resurrección
Porque puedo amar
Porque puedo entregarme
A pesar de todo este dolor
Yo creo en tu resurrección
Porque puedo amar
Porque tengo tanto
Tanto tanto para entregar.

domingo, enero 01, 2012

Descansando a su manera

En estas vacaciones he tenido tiempo para hacer cosas "del hogar", para dormir mucho y para leer. Ha sido bueno, tanto que ya tengo ganas de volver al trabajo.

Una lectura que elegí para esta semana fue un librillo de Douglas Stewart titulado Te daré descanso. Una bella joya para disfrutar y usar en momentos de pausa, voluntarios e involuntarios.

Me encantó que el primer capítulo hace una breve caracterización del trabajo del líder: impredecible, sin horario fijo -lo que requiere flexibilidad en los tiempos-; parece que no tiene fin, lo llevamos a cuestas, y algo clave: está orientado hacia las personas. Estos elementos nos generan estrés y frustración.

Al cerrar el capítulo me dejó en suspenso, porque dice que Jesús nos promete dar alivio profundo, interno y pleno (Mateo 11:28, 29). ¿A qué se refiere con eso? - me pregunté, y seguí leyendo.

El descanso profundo está ligado a la presencia de Dios en nuestras vidas, es decir, es más que sólo dormir y no hacer nada. Es un descanso que tenemos siempre disponible, cuya fuente es Dios mismo.

¿Suena muy abstracto, no? Hasta este punto, aún no me quedaba claro. Seguí leyendo.
Nuestra relación con Jesús ¿nos trae alivio o es, más bien, es una pesada carga que llevamos? 
¡Ah, caray! La pregunta retumbó en mi interior. El Espíritu ya empezaba a tocar las fibras sensibles, y yo tenía de dos: resistirme o seguirle. Opté por lo segundo.
El descanso es algo que Jesús hace en y por nosotros... El énfasis está en su obra - no en la nuestra... para darnos descanso, Jesús nos revelará al Padre (Mateo 11:27).
Hay tres formas en las cuales Jesús nos da descanso:

1. Jesús quita de nuestros hombres el yugo de la ley. 

 Cuando estamos bajo este yugo, somos evaluados según nuestros resultados. Pero la realidad es que a Dios le interesa tener una relación de amor con nosotros; y aún en esa relación la iniciativa es de él: "Cuando se nos enseña que debemos cuidar y mantener nuestra relación con Dios para que él no se aleje de nosotros, tarde o temprano dicha relación se convertirá en una carga". Jesús nos muestra que Dios espera por nosotros a que respondamos, Él siempre está con nosotros. 

2. Jesús llega hasta la fuente profunda de nuestro agotamiento.

La preocupación por nuestro desempeño y nuestro éxito. La imagen que tenemos de nosotros. Eso nos causa ansiedad y en consecuencia, agotamiento. Pero "sólo Dios conoce lo que espera de nosotros. Su patrón para medir es el de su gracia (...) Cuando el amor del Padre llena nuestra vida, la existencia entera se reorienta alrededor de un nuevo eje: conocer al Padre y disfrutar de la relación con él". Lo que importa y es más valioso es nuestra relación con Dios, no los éxitos o fracasos. 

3. Jesús quita de nuestras almas febriles el yugo del activismo.

Si no estamos haciendo "algo" entonces no somos "buenos" hijos de Dios. Error. Jesús tuvo mucha actividad pero nunca lo vemos corriendo como desenfrenado. "Trasladamos las mismas actitudes que tenemos en el trabajo hacia nuestra relación con el Señor. En lugar de abrirnos al Espíritu Santo para que él guíe nuestra búsqueda y nos revele más del Padre, nos imaginamos que debemos llenar ese tiempo con actividades" y entonces no paramos de orar sin escuchar, o nos cerramos a tener el tiempo devocional demasiado estructurado.

Este punto en especial me confrontó. Tuve que cuestionar mi forma de tener un devocional. ¡La iniciativa es de Él!

Al terminar, el autor menciona que el conocimiento del Padre que nos ama y busca tener intimidad con nosotros además de darnos descanso y renovación en nuestro momentos a solas con Él, nos permitirá estar más abiertos a su presencia y a su voz en cada área de la vida. ¡Cambia toda nuestra vida!

Esta lectura me llevó a evaluar y revalorar mi relación con el Señor. No es una agenda acabada, debo seguir aprendiendo de Jesús. Pero me da nuevos ánimos al comenzar este año. 

Ficha bibliográfica:
Stewart, Douglas (2003). Te daré descanso. Buenos Aires: Certeza Argentina. 57 p.