sábado, noviembre 09, 2013

Llegué a los veintiséis

Este pino lo conocí pequeñito en 2009,
en mis primeros meses de discípula.
¡Fue lindo verlo tan grande!

Así es. Ya pasó el famoso "primer cuarto de siglo", con sus expectativas, luchas, llantos, alegrías, sorpresas y preguntas. No recuerdo un año como ése, tan peculiar, tan... tan... diferente. Y pienso que llegué a los veintiséis arañándolos -- ¡pa' que se den una idea de cómo batallé!

Los veinticinco llegaron con ilusión y emoción, con el entusiasmo pisando el acelerador, aunque eso no significa que no reflexionara sobre la etapa de adultez joven que ya me toca transitar. Pero conforme pasaron los meses surgieron nuevos desafíos, consecuencia de varios cambios (algunos inminentes, otros inesperados): el examen profesional y el conclusión definitiva de mi etapa universitaria; un viaje de cinco semanas fuera de mi país; renovar el compromiso en el ministerio estudiantil por dos años más; iniciar una relación de noviazgo...

Cada uno de estos cambios trajo sus propios desafíos y preguntas:


  • ¡Ya me titulé! ¡Qué alegre! Pero... ¿y ahora qué sigue? ¿la maestría? ¿dónde, en qué?
  • ¡Qué padre viajar al extranjero! Conocer un país diferente es muy enriquecedor... pero puede dejarte muchas dudas acerca de la forma en que se hace política en tu país, en que se piensa el desarrollo social y se entiende la democracia... ¿por qué mi país está como está? ¿por qué no puede estar un poco mejor?
  • Renovar compromiso por dos años más, e ir a un encuentro continental puede animar a muchos a mi alrededor... pero también generó en una crisis con preguntas bastante serias¿qué estoy haciendo aquí? ¿esto es lo que quiero hacer en el mediano plazo? ¿en verdad puedo servir en esto?
  • ¡Qué bello iniciar un noviazgo con alguien que te gusta y admiras! Muchas personas a mi alrededor se han alegrado conmigo y hasta dicen que me veo enamorada... pero también hay dudas y que no siempre son cómodas: ¿estamos donde deberíamos estar? ¿podremos construir un proyecto común? ¿qué hacer si no funciona como imaginamos?

Los arcoiris siempre animan mi esperanza en Él
Todo esto brotó en medio de un proceso de replanteamiento y renovación de mi relación personal con Él, que no ha sido fácil por esa sensación de incertidumbre que puede engañar y hacerme creer que se ha alejado o que ya no me mira igual. He tenido que mantenerme en la línea de batalla, aguantando, resistiendo por no renunciar.

Ha sido cansado aferrarse a la esperanza. Ha sido necesario ser paciente y tener fe para mirar hacia aquello que aún no puedo mirar a pesar de lo evidente: mi fragilidad, mi debilidad, mis fallas, mi propio dolor y decepción. Pero así es como estoy aprendiendo que seguirle tiene un costo, y que en verdad esta vida de discípula es una lucha, una carrera de resistencia.

Por eso digo que llegué los veintiséis arañándolos, para expresar la lucha que estoy manteniendo y que espero ganar. No lo haré con mis propias armas y estrategias porque, en realidad, sólo soy militante de un gran ejército que sigue avanzando a casa; así que no voy sola, soy parte de una comunidad que extiende su mano para animarme o me aparta para cuidarme cuando salgo herida.

Gracias al Creador que me concede un año más de lucha y resistencia. Ruego que también me conceda el amor, la paz, la fe y la paciencia necesaria para continuar.

Y para quitar el tono "serio", una canción que expresa bien mi gratitud a Dios por la vida :)


No hay comentarios:

Publicar un comentario