Trad. Ernesto Barocio.
Tras la tormenta, el arco iris,
y tras la oscuridad, la luz;
tras la amargura, la alegría
que a los creyentes da Jesús.
Alegre el canto el alma eleva,
pues tras el velo Cristo está;
sostiéneme la fe en su nombre,
y he de mirar su agusta faz.
Tras el invierno, primavera;
tras el combate rudo, paz;
tras triste valle, excelsa cumbre;
tras cautiverio, libertad.
Alegre el canto el alma eleva,
pues tras el velo Cristo está;
sostiéneme la fe en su nombre,
y he de mirar su agusta faz.
Tras cuanto vemos, Dios el Padre,
su amor que nunca faltará;
tras este mundo, el cielo donde
Jesús no ha de trasladar.
Alegre el canto el alma eleva,
pues tras el velo Cristo está;
sostiéneme la fe en su nombre,
y he de mirar su agusta faz.
y tras la oscuridad, la luz;
tras la amargura, la alegría
que a los creyentes da Jesús.
Alegre el canto el alma eleva,
pues tras el velo Cristo está;
sostiéneme la fe en su nombre,
y he de mirar su agusta faz.
Tras el invierno, primavera;
tras el combate rudo, paz;
tras triste valle, excelsa cumbre;
tras cautiverio, libertad.
Alegre el canto el alma eleva,
pues tras el velo Cristo está;
sostiéneme la fe en su nombre,
y he de mirar su agusta faz.
Tras cuanto vemos, Dios el Padre,
su amor que nunca faltará;
tras este mundo, el cielo donde
Jesús no ha de trasladar.
Alegre el canto el alma eleva,
pues tras el velo Cristo está;
sostiéneme la fe en su nombre,
y he de mirar su agusta faz.
Es verdad y es lindo!
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