... en que todo cambia, nada es seguro, hay incertidumbre y duda... recuerdo que soy vulnerable.
En tiempos así cuando no entiendo nada, cuando tengo miedo, cuando mi estómago refleja mis nervios y mi ansiedad... recuerdo que soy de carne y hueso.
En momentos así, cuando siento un enorme nudo en la garganta, cuando mi corazón están totalmente expuesto, cuando quiero huir para no ser lastimada... recuerdo que tengo sentimientos.
Y es así, Señor, como Tú me recuerdas lo frágil, lo débil, lo infiel, lo miedosa que soy.... lo necesitada que estoy de ti.
Es así, Padre, que me recuerdas que soy una niña! Y que sigo deseando correr a tus brazos, buscando protección.
En días como estos, Jesús, es cuando más te pido perdón por mi pecado; cuando más te suplico misericordia; cuando más brilla tu Cruz, cuando más anhelo saborear tu gloria, porque es lo único que podría darme consuelo y paz.
En días así...
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