domingo, febrero 19, 2012

Corazones rotos y parchados

Hace unas semanas, recordaba mi clase de administración social y en lo que consistió el trabajo final: en equipos debíamos diseñar una organización (empresa, AC, SC...); y teníamos que pensar desde la misión y la visión hasta el logo. En mi pequeño grupo se nos ocurrió crear una AC llamada "Corazones rotos y parchados". Da risa el nombre, pero si ponemos atención a nuestro alrededor veremos que es una realidad más común de lo que imaginamos.

En cualquier parte encontramos algún corazón roto; pensemos más allá de los decepcionados por el amor de pareja, pensemos en aquellos que tienen un corazón herido por una amistad perdida, por la muerte de un ser querido, por el fracaso escolar, por la falta de un empleo, por la desconfianza en alguien apreciado, por la desigualdad y la injusticia, por la corrupción, por el hambre, por la soledad, por el abandono, por el abuso sexual, por la violencia, por la incomprensión... por el pecado.

Cada uno de nosotros tiene un corazón roto que duele. Por eso vagamos errantes por el mundo, buscando algo que nos "cure", que nos ayude a mitigar el dolor. Podemos encontrar venditas o curitas: dinero, sexo, alcohol, drogas, poder, dinero, éxito, títulos universitarios, relaciones amorosas, héroes de cómics, políticos, una casa, autos, mascotas, revistas, programas en la tele, libros... Pero nada de eso será suficiente, lo roto seguirá roto.

Entonces, ¿qué o quién puede curar el dolor de nuestro corazón?

Uno sólo puede hacerlo: Jesús. En el evangelio de Juan, leemos que a Jesús se le describió como el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). También encontramos en Isaías 53 que "él llevó nuestras enfermedades y cargó con nuestros dolores... el castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados" (v. 4 y 5). 

Nada de lo que hagamos puede sanarnos y quitarnos ese dolor, nada de lo que podamos hacer puede darnos paz. Sólo la fe en Jesús, la fe que nos justifica ante Dios y nos libera del pecado.

El mundo está lleno de corazones rotos, ¿cómo ayudaremos para que el panorama cambie un poco?

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