miércoles, enero 13, 2010

Los pequeños pero necesarios detalles...

Me está costando trabajo iniciar esta entrada. Creo que quiero decir y compartir una reflexión, pero no fluye. Pienso que es posible que he llegado al punto en que las vacaciones ya me agobian y deseo hacer más cosas (o por lo menos cumplir mis metas diarias).

Además de lo agobiada, sumemos que he encontrado una maraña de emociones: la descubrí hoy después del medio día, atorada en la garganta y sin hallar una salida. Brevemente hablé con Dios, y le dije que no entendía lo que sentía, ¿tristeza y esperanza al mismo tiempo? ¿estancamiento y movimiento combinados?

Y quise salir de casa, no importaba si sólo iba a buscar papel para envolver regalos, necesitaba salir. Gracias a Dios pude hacerlo, caminé por la avenida, miré los coches, sentí una pequeña llovizna... Poco a poco se fue calmando la cosa. Regresé a casa y de nuevo quise salir, esta vez para regresar las películas en renta de ayer.

El mejor obsequio para este día lo descubrí al terminar mi tercera salida de casa: me encontré con mi amiguita, la gatita comunitaria de mi cuadra. Fue genial verla después de varias semanas de ausencia, descubrir que todavía me reconoce y me busca para hacerme compañía por unos minutos. Estando con ella, pude ver la respuesta de Dios a mi sentir tan confundido. "¡Hey, aquí sigo!"

Esa pequeña criatura se ha vuelto especial para mí, porque cada vez que me siento más cansada de la rutina, ella se aparece para recordarme que es bueno hacer una pausa, y es cuando le agradezco a Dios que me regale esos breves momentos con ella, como un respiro en medio de todas mis preocupaciones.

Muchas veces vivimos demasiado rápido, y sin querer salirnos un centímetro de la rutina cotidiana; dejamos que nuestras preocupaciones y angustias nos agobien, impidiendo ver con claridad el panorama o queriendo abrir una ventana cuando Dios ha abierto una puerta. Justo cuando estamos a tope, es cuando necesitamos de esos pequeños detalles... y Dios nos obsequia esos detalles, aunque tal vez no lo notemos.

Ante nuestras múltiples preguntas y cuestionamientos, Dios no siempre dará la respuesta que queremos. Tal vez Él nos dirá que debemos calmarnos y confiar plenamente en Su Soberanía y Gracia. Nosotros podremos desear que nos hable con una gran revelación, pero Él hace las cosas diferentes: nos alivia con una lluvia fresca, nos anima con un atardecer o nos consuela con una pequeña flor.

No olvidemos que esos pequeños detalles necesarios los encontraremos en la Creación. A Él también lo encontramos en Su Creación.

1 comentario:

  1. Los pequeños detalles a veces son muy escurridizos, yo tenía uno y no más se aparecía cuando tenía hambre el condenado, y al final terminó por abandonar el hogar, pero mientras estuvo conmigo siempre me dio muchas sonrisas. Entiendo a que te refieres, me gustan esos detalles que Dios se toma la molestia de regalarnos...

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