jueves, abril 08, 2010

Locura

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden;
pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios"
1ª Corintios 1:28

Desde hace varias semanas el versículo arriba citado estuvo dando vueltas en mi cabeza. Y se ha convertido en uno de mis favoritos, porque me sostiene en la fe, en medio de mi contexto universitario.

¿Acaso no es absurdo que el Dios Todopoderoso termine clavado en una humillante cruz? ¡Es ilógico, sin sentido! Nuestra razón no puede comprenderlo, y menos aceptar que sigamos a un Dios que terminó así.

Pero eso es lo más grandioso de la historia: el Dios Creador y Omnipotente bajó del trono, dejó la eternidad para nacer como uno de nosotros, en forma de un bebé indefenso y desprotegido. Vivió como nosotros; tuvo hambre, sed y cansancio; sintió indignación por la injusticia y también lloró por la muerte de un amigo.

¿Por qué Dios tendría que tomar nuestra naturaleza? ¿Para qué rayos dejar el lugar celestial? Amor. No hay más. Le importamos tanto, que decidió estar entre nosotros para que estuviéramos con Él. Y murió para pagar una deuda impagable para nosotros; le importamos tanto que se entregó por nosotros, para que tengamos comunión con Él.

¡Qué locura! "¿No ha enloquecido Dios la sabiduria del mundo?" 1ª Co. 1:20.

El poder de Dios reflejado en una cruz. ¿Qué tipo de Dios es este, entonces? Un Dios cercano que ofrece hacer un pacto contigo, conmigo. Un pacto que no romperá jamás y que incluye la esperanza y la verdadera libertad.

No sólo creo en este Dios, le creo a Dios. Y me parece tremendo lo que ha hecho a lo largo de la historia y de mi vida; le creo porque desde siempre se ha mostrado Fiel.

Yo le creo a Dios y le sigo, porque la locura de la cruz es la más impresionante muestra de Amor que el mundo pueda conocer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario