miércoles, abril 21, 2010

Retiro lo dicho

Ayer por la noche, cerraba mi día pensando en el silencio, concretamente, mis silencios. Pensaba en que a veces mi forma de protestar (y de muchos otros, seguramente) es callando; otras ocasiones me quedo en silencio por egoísmo, porque me guardo lo que traigo encima, aunque no sean cosas buenas. Y en muchas otras, debo guardar silencio para escuchar y obedecer a Dios.

Pero hoy por la mañana tuve que guardar silencio para observar la viga en mi ojo. Mis silencios también pueden resultar imprudentes y negligentes, eso concluí hoy estando en Coyo. Y pueden serlo porque al callar y sólo hablar conmigo misma, me cierro a lo que hay fuera, a lo que me pueden decir y enseñar los demás. Corro el riesgo de envolverme en orgullo y soberbia, porque pienso sólo en lo que yo creo que está bien.

Señor, aún hay tantas cosas que cambiar en mí...

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