jueves, junio 03, 2010

Despidiendo al octavo

Se me acabó el octavo semestre. Pareciera que ha sido el semestre más corto de la carrera.

Y sólo queda el noveno, el último. Y con esa idea del principio del fin la cuenta regresiva corre; en menos de un año seré egresada, y espero en Dios que en un año ya tenga el título... ¿en qué momento dejé de ser parte de la "nueva" generación de la ENTS? ¿cuándo se me despojó la etiqueta "de nuevo ingreso" para ponerme la de "pasante"?

Y me rehúso a la mercadotecnia y la publicidad, a la comercialización de un logro que no puede ser pagado con un paquete de dos mil pesos... Este logro no pudo ser sin Aquel que considero el primer trabajador social auténtico de la historia. Puedo parecer huraña al decir que prefiero quedarme con la gratitud y con los retos que vienen por delante, aceptar dar un paso más -no sin temor y nervios- y asumir el nuevo rol: el de trabajadora social.

Terminar la carrera no representa ya un gusto o un capricho, es un deber, una respuesta a la bendición de tener un lugar en una casa de estudios. ¿Celebraré? Sí, lo haré: en cada problemática social en la cual pueda intervenir con un proyecto o con un asesoría o con una capacitación; celebraré mi graduación en cada trabajo que tenga, ¿por qué resignarme a celebrar sólo una noche? Festejaré que cuente con las herramientas teórico-metodológicas y con las habilidades profesionales para responder y actuar en lo social.

Cada día celebraré que tenga vida, y que con ella pueda servir a Mi Creador y a mi sociedad.

Pido una disculpa a mis compañeros y compañeras de generación, en particular los de mi grupo base, porque no me tomé la foto con ellos y porque no iré a la fiesta. Sé que puede parecer mala onda de mi parte, y tiene que ver con que no he logrado transmitirles mi pensar.

No necesitaré una foto para recordarles, porque hemos compartido muchas horas en las aulas, escuchando las participaciones de cada uno, durmiendo en las clases aburridas, aplaudiendo las exposiciones de equipos y uniéndonos en los silencios de protesta contra profesores que no respetaron nuestra posición de estudiantes. Todo eso, todo lo que hemos vivido me ha marcado lo suficiente para recordarlos sin necesidad de una foto o una fiesta.

Pero no dejaré de celebrar que podamos concluir la carrera. Es un logro, y hay que festejarlo; pero así como encontramos diversidad de opiniones en la universidad, también así podemos encontrar diversidad en la forma de celebrar una graducación. La mía es un poco diferente, pero tengan la seguridad de que comparto con ustedes la alegría por ver más cerca el cumplimiento de un sueño que nos es común.

2 comentarios:

  1. Hola Ada! Me ha dado mucho gusto leerte, la verdad que me emociona la forma en que asumes la misión en tu profesión. ¡Qué Dios te siga guiando en este tiempo que queda de universidad! Disfrútalo mucho, mis oraciones por tí. Dios contigo y un fuerte abrazo mío!

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  2. Ada. Bienvenida al mundo de los egresados, el Senor ha sido bueno al dejarnos y conducirnos en ese camino lleno de cosas lindas, tiempo, personas, desvelos, retos y problemas. Los retos ahora son diferentes pero el Senor del cual somos suyos sigue siendo el mismo. Ahora somos responsables por la educación que recibimos y debemos seguir sirviendo a los demás. Gracias por compartir este momentos con todos. Felicidades!!!! Animo, hay motivos para alegrarse. Dios contigo.

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