domingo, julio 11, 2010

Todo tiene su tiempo

Después de una semana de paseos y mucha actividad fuera de casa, este domingo fue un deleite asistir a mi iglesia local, para congregarme y compartir la santa cena con otros hermanos en la fe; los mismos que me han mostrado de distintas formas su apoyo y respaldo para el próximo viaje que haré.

Era tiempo de descansar reuniéndome con mi familia espiritual para alabar a Dios, orar con arrepentimiento, confesar la fe en Jesucristo y hacer memoria de Su entrega por nosotros. Tiempo de escuchar el mensaje que Nuestro Señor preparó para el día y que fue expuesto por mi pastor.

También fue tiempo de reflexionar y recordar que todo tiene su tiempo; esto durante la clase de escuela dominical. Estamos estudiando Eclesiastés, y llegamos al capítulo 3. Todo tiene su tiempo -inicia- y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Al final, reconocimos al Dios que tiene y controla el tiempo. No importa lo que hagamos -decíamos- Él ha determinado el tiempo de cada cosa y acontecimiento, sea personal o universal; entonces ¿por qué afanarnos? Confiemos plenamente en Él, y oremos para que tengamos la sabiduría necesaria y estemos preparados para los cambios que se presentan.

Todo ello me hizo pensar que en esta etapa es tiempo de ser adulta. Que no sólo es contar con la credencial de elector, ni terminar la licenciatura; ser adulta se trata también de tomar decisiones pensadas, de caminar por mi sendero que no necesariamente es el mismo que el de mis padres o abuelos. 

La decisión más importante ha sido seguir a Jesús, pues ha marcado mi vida: mi forma de pensar, de sentir y de entender el mundo. De ahí han derivado otras decisiones más recientes, y mi oración es que mi punto de partida siempre sea la Palabra y Voluntad de Dios. Seguro en el camino pasaré momentos de desesperación, deseando que sea en mi tiempo y no en el Suyo, pero serán tiempos para aprender a esperar y confiar en su Soberania.

Por ahora, más en corto, y puesto que mi hermano fue al campa de líderes -es su tiempo de escuchar a Dios, rodeado de su increíble Creación-, será tiempo de pasar una semana con mamá. Me entusiasma la idea de estar con ella, ha sido un lindo detalle de Aquel que nos llamó a ambas -a cada una, en su tiempo-, justo antes del ENFOL. Oro que sea un buen tiempo.

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