miércoles, marzo 28, 2012

Parafraseando el salmo 90


Tú eres mi refugio, lo has sido de generación en generación.

Y permaneces, desde la Eternidad has permanecido, y por la Eternidad permanecerás.

Nada te es ajeno, y nada ignoras, ni siquiera mis pecados más ocultos.

A ti no te puedo engañar y tampoco te puedo sorprender, porque Tú eres Dios.

No te sorprende mi pecado, pero tampoco te agrada; Tú eres justo y santo.

Pero también eres amoroso y por eso puedo suplicar misericordia...
¡Compadécete de mí, Señor!

Sea tu gracia sobre mí, porque es lo único que tengo y que me hace bien.

Confirma tu obra en mi vida, confirma tu llamado a mi corazón, confirma el trabajo de mis manos para que Tú seas glorificado.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario