jueves, mayo 30, 2013

Preparando la maleta

A lo largo de los últimos cuatro años he aprendido que los viajes me emocionan. Gracias a esta Comunidad que me adoptó pude descubrir mi tendencia a la vagancia, pero sin dejar de ser hogareña - aunque esté mucho tiempo fuera, siempre vuelvo al que considero mi hogar.

Algo ha sido muy curioso: aprender y desarrollar la técnica de empacar una maleta llevando sólo lo necesario. Recuerdo mi primer campa: llevé lo que creí "indispensable", pero al final hubo cosas que no necesitaba y dejé otras que sí ocupaba. Es así que también he llegado a conocerme a mí misma: he observado cómo son mis hábitos de vida, cuáles son sanos y cuáles no; he renunciado a cosas que no resultan importantes y he valorado otras que casi siempre pasan desapercibidas.

Aunque ya tengo algo de práctica, la maleta sigue representando un desafío, más ahora que salgo cinco semanas a un país que no conozco. Pese a los varios viajes, esta vez siento que no sé cómo empacar: hay cosas que quisiera llevar y no podré, como los abrazos matutinos de mamá, las bromas en el desayuno de mi hermano o la agenda que llevamos juntos en el equipo de asesores. Pero estoy siendo dramática, lo sé, porque allá tendré una familia que me adopte, hermanos y hermanas con quiénes jugar y compañeros de milicia con quienes compartir experiencias. Sólo habrá algo que no encontrará sustitutos, y esa situación me llevará a aprender, a confiar y a crecer. 

¡Ya me estoy emocionando!



No hay comentarios:

Publicar un comentario