domingo, noviembre 29, 2009

Jesús no necesita personas interesadas en Él

El Señor habló. Habló de forma clara y contundente.

En el culto de hoy, por la mañana, San Pablo contó con la visita de un predicador, llamado Erasmo (no recuerdo sus apellidos), del Seminario Teológico Presbiteriano. Su mensaje me dejó impresionada e impactada, pero sobretodo desafiada a revisar mis motivaciones y mi nivel de compromiso.

Empezó platicando el testimonio de una hermana, Lupita. Ella era una mujer divorciada con tres hijos, que terminó la carrera de Medicina a los 68 años de edad. Su motivación: servir a Cristo, literalmente. Ella estudió para servir en las misiones, y así lo hizo hasta que falleció de un infarto, a los 70 y tantos, sirviendo en la sierra a una comunidad indígena. Murió de alegría.

[Primera pregunta personal: ¿Para qué estás estudiando trabajo social?, ¿qué vas a hacer cuando termines la carrera?]

Leímos Hechos 9: 20-31. Y al concluir, nos preguntó "¿qué tenía la Iglesia según el versículo 31? Paz; ¿pero qué pasaba en el 29?, los griegos querían matar a Saulo". Entonces, pese al contexto social, pese a que la sociedad sea un caos, pese a todo, la iglesia de Cristo debe tener Paz; esa Paz que Él mismo nos dejó. Esa es una manifestación y una evidencia del Reino de Dios.

Otro punto fue qué se debe hacer para que la iglesia crezca. El hermano Erasmo nos compartió que sólo encuentra una fórmula: Predicar a Cristo. No importa cuánto querramos cambiar la liturgia (en el caso de los presbiterianos), la música o la escuela dominical... Si no predicamos a Cristo, ¿entonces qué estamos haciendo?
"El mundo se pierde o se salva desde el púlpito", interesante afirmación.

[Segunda pregunta personal: ¿predicas a Cristo en tu vida cotidiana?, ¿de qué forma lo haces?, ¿de qué forma lo puedes hacer?, ¿de qué forma debes hacerlo?, ¿ayudas a las personas a acercarse a Jesús, o las ahuyentas?].

Nos recordó eso de andar en el Temor de Dios, y nos dio un ejemplo muy simpático: te preocupa pagar la tarjeta de crédito, porque dentro de dos días te estarán llamando para decirte que pagues tu deuda; y tienes el dinero justo para cumplir con tu diezmo, ¿qué haces? "A quien le temes, a ese le sirves".

[Tercera pregunta personal: Ada, ¿a quién le temes?]

Y llegamos al punto principal. El hermano dijo algo muy duro, pero cierto: "Necesitamos personas, no que estén interesadas por el evangelismo; necesitamos personas que se comprometan con el evangelismo", y lanzó otro simpático ejemplo:

Va una joven al pan, y un chico la observa y se le acerca.
La joven le pregunta: -¿por qué siempre me esperas y me buscas?-,
- Porque me interesas- responde el muchacho
- Bueno, si tanto te intereso, entonces vamos a hablar con mi papá-
El muchacho, sin dudar, dice: - ¡Oh, no! Pero yo no me quiero comprometer...-

[Cuarta pregunta personal: ¿estás interesada, o estás comprometida con Dios?]

Las personas pueden conocer al Jesús histórico, leyendo libros de escritores no cristianos, incluso de los cristianos; eso es sencillo. Pero el otro escalón es conocerlo como Mi Salvador. Y hay más que eso, pues también está el escalón de conocer a Jesús como Mi Señor. Algunos pueden tener años de conocer a Jesús como Salvador personal, pero no conocerlo como Señor.

¿Qué quiere decir esto? Que no nos sometemos a Él, que no le entregamos todo, incluídos nuestros rencores, odios y ganas de venganza; no le damos todo lo que somos. Conocerlo como Mi Señor implica someterme por completo a Él; tomar mi cruz día con día y seguirle. Y eso dura toda la vida.

[Quinta pregunta personal: ¿es Mi Señor? ¿le conozco como Mi Señor?]

¿Queremos que la iglesia crezca? Entonces, hay tres cosas que son las raíces del árbol:

1. Predicar a Jesús.
2. Dar testimonio personal.
3. La vida en comunidad.

En cada una de estas tres áreas, debemos mostrar que Jesús es El Señor.

¿Qué pasó conmigo después?

De manera personal, salí de ese culto con algo dentro de mí que no puedo explicar, algo que quiero que se quede ahí dentro y que no se me olvide. Ese deseo de comprometerme y de subir un escalón más y someterme a Jesús. Reconozco que no lo he hecho del todo, pero también entiendo que es un proceso de por vida.

Por eso, humildemente pido ayuda a mis amigos. Ustedes me conocen, me han visto y me han escuchado; ustedes son testigos de mi breve caminar con Jesús y de mis debilidades; por ello, necesito de su ayuda para mantenerme en ese camino y en ese compromiso que he hecho hoy con Él.

Sé que no puedo hacerlo si no hay alguien que me esté animando y reprendiendo cuando la riego, ¿podrían ayudarme con eso, por favor? Estoy segura que Dios hablará a través de ustedes, ya sea para darme mis cocos, alentarme, perdirme cuentas o regalarme unas palmaditas en la espalda.

Todo sea por Él y para Él.

3 comentarios:

  1. Excelente reflexión!!

    Aquí ando, para los cocos y las palmaditas, jje... y sé que es mutuo. :-)

    M.

    ResponderEliminar
  2. Ay... olvidaba que también debo pedir y rendir cuentas, jejeje... así que también para eso. ñ_ñ

    Y por supuesto, alentarte a seguir a Jesús.

    ResponderEliminar
  3. Oh!! muy bueno, todos deberiamos consientizar en esas preguntas...aff es muy cierto, debemos star comprometidos y no nadamas dejarnos llevar por las emociones

    Saludos!!
    DTBM!!

    ResponderEliminar