lunes, febrero 15, 2010

Sombras

A la orilla de tu sombra,
sin que sepas que la sigo,
que te sigo y busco seguirte;
sin que el mundo sepa
que ya te amo, aún sin conocerte.

Junto a la orilla de tu sombra,
donde me imagino a mí,
no como inferior
ni como accesorio,
sino como colaboradora en la fe.

A la orilla de tu sombra,
ahí donde también estará la mía;
en el camino, donde las veremos juntas,
producto del sol a nuestras espaldas.
Ahí, donde el Eterno nos pondrá.

Junto a la orilla de tu sombra,
es donde ahora me veo, y te veo;
juntos, bajo la sombra de Nuestro Dios.

Coyoacán, febrero 2010.

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