jueves, mayo 26, 2011

Cazando ideas

Hoy inicié un taller sobre procuración de recursos, con la finalidad de aprender sobre el tema y después replicarlo en mi grupo de trabajo del compa -no sólo asesores, será importante hacerlo también con candidatos para el GAL y amigos del ministerio-. Me sentí contenta de tener esta oportunidad, pero una vez sentada ahí comprendí que soy privilegiada de recibir este tipo de capacitaciones -de entrada, porque me lo están pagando, y después porque son herramientas muy valiosas para el futuro.

Termina mañana, así que llevamos la mitad del camino. ¡Y ya tengo muchas inquietudes! Les cuento...

En primer lugar, he tenido que ser humilde y reconocer que estoy "polla", soy una principiante en estos asuntos, tanto en los dineros, como en el diseño de talleres. Aunque me jacte de concluir mis créditos universitarios en la carrera de Trabajo Social, lo cierto es que no sé nada de nada; si bien, aprecio lo recibido en las aulas, la verdad es que sólo fue formación inicial, para el "encendido"... aún falta el arranque.

En segundo lugar, ¡sólo sé una mínima parte del verdadero trabajo del ministerio! Claro, están las células y los eventos del semestre, pero lo administrativo y financiero ¡es otro rollo! Me han surgido muchas dudas sobre cómo funciona esto, por qué funciona así y qué cambios están permitidos. ¡Quiero preguntar!

Me gusta estar en estos talleres que son diseñados como tales -es decir, un taller está pensado para aprender haciendo; no sólo hay teoría, hay práctica-. Dichos espacios permiten escuchar a los demás, armar nuevas propuestas, retomar las críticas y observaciones de otros, ¡son espacios creativos!

La verdad, no quisiera que se me desinflara el ánimo. Creo que no basta ser creativos para buscar ideas novedosas, también para mantener las ganas... y tener presente que Él está presente, que todo depende de Él. 
 
Que no se me olvide la humildad y el servicio, eso pido.

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