domingo, marzo 06, 2011

Gazapos

Me siento frente a la computadora, abro el editor de textos preguntándome qué voy a escribir. Estos últimos días han estado llenos de pensamientos, ideas, preguntas, miedos... incertidumbre. De nuevo aparece la incertidumbre.

¡Qué difícil puede ser escuchar Tu Voz, Señor! A mi alrededor suenan muchas voces, hay mucho ruido que puede confundirme más. Pero sé que Tú tienes la última palabra, y la mejor.


He llegado a casa con una familia de gazapos, me diría alguien. No sé como ponerlos en orden, a veces se les ocurre saltar de mi cuarto a la cocina, se meten en los rincones, abajo de la cama, se suben a mi escritorio... no sé si debo alimentarlos y cuidarlos o dejar que se fuguen por la misma puerta por la que entraron. Son bolas peludas con patas: admito que me emocionan, pero así como llegan pueden salir corriendo, huyendo. En verdad, no sé qué hacer con ellos.

Padre, quiero entenderte. Quiero saber qué es lo que quieres. Me has llevado a recordar oraciones, pensamientos, sentimientos, compromisos y los contextualizas en mi presente, me los pones enfrente como piezas de rompecabezas junto a la imagen completa de la caja... ¿tengo que armarlo? ¿cómo lo voy a hacer?


Aún estoy aprendiendo a ser paciente conmigo misma. Es cierto que me desespero con mis temores, miedos, dudas, decidia. Me reconozco como soñadora, pero de esas que sueñan y cuando ya volaron demasiado alto sienten vértigo, se paralizan y regresan lo más rápido posible a tierra firme y conocida. Creo que aún soy un pajarillo que aprende a volar: puedo ir de ramita en ramita, atreverme a saltar hasta dos... pero jamás dejar el árbol donde está mi nido. Todavía no... pero me desespero porque siento que debo hacerlo, pero no lo hago.

Señor, cuando Tú me llames, pon mi mano en el arado... o sea, si me llamas me vas a poner a trabajar... creo que voy entendiendo.

Pienso en la necesidad que hay en mi iglesia de regresar a la Biblia. ¡Cuánta necesidad por conocer al Jesús de las escrituras! No me toca resolver todos los problemas (¡qué alivio!), pero estoy empezando a servir a los adolescentes. Y hoy me pregunté: ¿Cómo lo voy a hacer si somos tan diferentes? Su contexto y mi contexto es totalmente distinto; la mayoría de ellos tienen todo lo que necesitan, sus padres los cuidan y mantienen, algunos asisten a escuelas cristianas... pareciera que están en una burbuja. ¿Cómo voy a servirles si viví sin Dios en mi adolescencia? Lo admito y reconozco: yo no puedo.

Jesús, ¿cómo le hiciste con la que llamamos "misión encarnacional"? ¿cómo le hizo Pablo, ese judío fariseo, para llevar el Evangelio a los gentiles? ¿cómo le hago yo si estoy tan lejos, con tantas diferencias? Yo no puedo, pero Tú sí.


Estoy luchando conmigo misma. Parece que le estoy buscando "peros" al asunto especulando lo que dirán y pensarán los demás; ¿eso importa? A veces sí, estamos en comunidad. Por ahora he empezado a evaluar la situación quitando factores: ¿qué decidirías si tal X no estuviera en la fórmula? ¿sería la misma visión de las cosas o cambiaría?

... y voy sintiendo paz, Señor.

Ayer comencé la lectura de "Huellas en el Desierto" de Pablo Carrillo. Apenas leí el prefacio de Douglas Stewart y ya me gustó; las primeras lecciones:

- Dios está en control.
- Dios obra en y a través de nosotros en nuestra humanidad.
- Dios siempre quiere enseñarnos a confiar en él.
- Necesitamos paciencia y perseverancia.
- La misión de Dios es encarnacional.
- La hospitalidad y la generosidad tienen que caracterizar al pueblo de Dios y a la misión de Dios.

Señor, hazme sabia para distinguir tu voluntad, que tu Espíritu me lleve, por encima de mis miedos, a cumplirla; hazme sensible a tu voz y valiente para obedecerla, sea cual sea. Que sea fortalecida en mi interior para que Cristo habite por la fe en mi corazón, y así pueda comprender su amor, de tal forma que me impulse a llevarlo a otros.


Termino de escribir más tranquila. Tal vez sea bueno conseguir un poco de alfalfa para las bolas peludas, y una caja para que estén en un sólo lugar. Le pediré ayuda al Jefe, seguro él sabe cómo cuidar gazapos.


3 comentarios:

  1. Gracias por compartirlo, me encantó leer el post :D Es lindo leer un poco de tu caminar, las dudas y las certezas... Por cierto, ese libro de Pablo es excelente!
    PD. se ven lindos los conejitos, jeje

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ale!
    Aun no decidimos si tener un conejo; creo que habrá que esperar, jeje.

    ResponderEliminar
  3. Si sí te leo!
    jajaja
    y se ven lindos pero yo soy alérgico a los conejos!
    esos animalitos lintos me ponen la nariz roja!!!!

    ResponderEliminar