martes, marzo 22, 2011

Los inolvidables

En serio, no sé qué haría sin ellos. Hoy lo he recordado, en medio de una agenda que se vislumbra más que ocupada (las actividades parecen brotar como margaritas en primavera, y en este caso, un campo lleno de flores no es muy agradable).

Son ellos, los que conocí en algún cruce de nuestras vidas y que desde entonces hemos compartido momentos, caminatas, mesa, cansancio, alegría. Hemos intercambiado música, libros, pasajes bíblicos, llamadas, mensajes, fotos, recuerdos, lágrimas, acertijos, dudas; nos reconocemos en el otro, en sus palabras, en sus aciertos y en sus fallas.

Lo he recordado al cerrar el día con la ansiedad resultante de leer los pendientes que siguen en la lista; lo he recordado en tres conversaciones por facebook -de esas que se arman cuando comentas el estado de alguien-, que al final fue un detallazo de Dios para decirme "calma, no estás sola".

No sé que haría sin ellos. No sé la cantidad de veces que me han desesperado, me han molestado, me han hecho pensar y recapacitar; me han soportado, es decir, han sido mi soporte y mi andamiaje en los momentos de duda y desequilibrio; a la vez que me han aguantado en mis malos ratos -mis malos días, mis malas semanas-.

Fueron ellos quienes alegraron mi día hoy. Gracias amigos.

 
P.d. Y ha sido por ellos que he terminado en unos lugares raros llamados "archivos históricos", de donde sacan papeles amarillos y viejos que me hacen estornudar. Dicen que con eso hacen investigación para sus tesis; yo les creo =P

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