martes, febrero 08, 2011

Cambios inesperados

Llamo por teléfono. No está aprobado el programa; si le entro, debo esperar un par de meses para que me registren.
 
Pienso. Debo tomar una decisión rápida, no puedo demorar mucho.

Busco en la página otras opciones. Hay una en la Universidad. Es otra alternativa, me quedaría cerca de la chamba (si es que me la dan), estaría a unos pasos de los estudiantes... tendría contacto con estudiantes. Tal vez pueda tener recursos para mi trabajo de titulación, porque tiene que ver con educación y esas chunches.

Al parecer mi servicio social será en otro lugar diferente al que pensé. Esto no estaba en mis planes.

Señor, ¿esto es parte de tus planes? No entiendo, no sé bien qué hacer. Cualquier camino es un riesgo: por un lado, me retraso en los tiempos; por el otro, me expongo al tedio. ¿Qué ocurre ahora?

Señor, aunque me saca de onda todo esto, confío que en cualquier lugar puedo servirte. No le hace que tenga que cambiar, ¡pero no es cómodo! Estaba "segura", bueno, casi. Aunque mis planes para el semestre no eran claros, no creí que tuviera que cambiar mi perspectiva y mi panorama de esta forma.

Señor, ¡capacítame! Tengo miedo a que este tiempo en el servicio sea fatal -como lo he escuchado de otros-. Pero tal vez puedo hacer una diferencia... podemos Tú y yo... puedes a través de mi, para que no sea lo mismo.


Tomo un respiro. Me detengo un poco. Será lo que Dios diga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario