lunes, febrero 21, 2011

Riendo

Hace unas horas fui al médico, con motivo de mi malestar.

Hizo la revisión de costumbre, me tomó la presión, la temperatura, examinó mis oídos, escuchó mi corazón y mis pulmones. Finalmente me dijo: Su corazón está latiendo muy rápido, a 130 latidos/minuto cuando el normal es 73/minuto. Y sólo hay dos razones para eso: o tiene fiebre o está enamorada. Ya había mirado el termómetro; "y ya ve, resultó ser fiebre".

Inevitablemente reí. En medio de la enfermedad y la debilidad, Dios tiene ese humor especial para hacernos sonreír y sentirnos un poco mejor.

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