martes, abril 30, 2013

Cuando sepas! (prestado)

Lo que publico a continuación fue escrito por mi amiga Grecia (de Tecate); me gustó y le dije que lo pondría aquí (aún no tengo el permiso expreso, pero confío en que me lo dará, jeje!).

Cuando sepas!

Y nunca quise olvidarte, pero me va haciendo falta. 
Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loco, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar. 
Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de qu te llegue. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. 
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... nah. A lo que iba. 
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. 
Sentirás lo ilógico de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no. 
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. 
Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos felices. Sí, felices. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió. 
Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final. 
A partir de ahora, tú tranquilo, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mi. 
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonto y disimula. 
Haz ver que me olvidas. 
Y me acabarás olvidando. 
De verdad. 
-G.N.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario